Restauran uno de los cuatro primeros conventos de América

México, D.F.- El Museo Regional de Tlaxcala, alojado en el Ex Convento de San Francisco, uno de los cuatro primeros conjuntos conventuales de América, que se construyó hace más de 480 años, es sometido a un proceso de restauración integral por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

Luego de tres décadas sin mantenimiento mayor, desde hace unas semanas se trabaja en la atención de los problemas de humedad que presenta en cubiertas y muros la edificación colonial; a fin de garantizar la estabilidad del inmueble y la conservación de su acervo.

Además de contrarrestar dicha afectación, la intervención incluirá la actualización museística del espacio y la dotación de diversos sistemas de seguridad, a fin de proteger el recinto y la invaluable colección que exhibe, compuesta por más de 1,500 objetos de las épocas prehispánica y novohispana, que dan cuenta de la historia tlaxcalteca.

“El Ex Convento de San Francisco, ubicado en la ladera de un cerro al sur de la ciudad de Tlaxcala, fue construido por mano de obra indígena a partir de 1526, a cargo de fray Martín de Valencia. A lo largo de su historia, el espacio ha tenido varios usos, entre ellos: cuartel militar, hospital, penitenciaria y, desde 1981, como recinto museístico”, comentó Diana Molatore Salviejo, directora del Museo Regional de Tlaxcala.

Este conjunto conventual fue uno de los cuatro primeros que construyeron los franciscanos a su llegada al continente en el siglo XVI, junto con los de Huejotzingo, en Puebla; Texcoco, en el Estado de México; y el de la Ciudad de México.

Anteriormente, la edificación que alberga el Museo Regional de Tlaxcala fue sometida a trabajos menores de mantenimiento, como pintura, impermeabilización y cambio de algunas puertas, para subsanar daños ocasionados por la lluvia; en esta nueva intervención se realiza la rehabilitación de todo el inmueble a fin de preservar su valor histórico y dejarlo en óptimas condiciones, abundó la restauradora Molatore, al comentar que dichos trabajos se realizarán en seis meses, periodo durante el cual el museo permanecerá cerrado.

También explicó que antes de comenzar con las obras de restauración arquitectónica, se efectuó el embalaje de piezas y el resguardo de las mismas; actualmente se desarrollan labores de mantenimiento del edificio; posteriormente se restaurará la pintura mural y se realizará la nueva propuesta del guión museográfico.

De acuerdo con Jesús Velázquez Angulo, coordinador nacional de Obras y Proyectos del INAH, en esta intervención se contrarrestan los problemas de fondo, como la humedad en pisos y muros, así como las afectaciones en la estructura del techo, que está compuesta por vigas de madera, algunas dañadas por insectos, hongos y humedad, razón por las que serán sustituidas. Además se retirarán aplanados deteriorados y se pintarán todos los espacios a la manera tradicional, es decir, con pintura a la cal.

La humedad que padece la antigua edificación se da por capilaridad —que asciende por las paredes de un edificio desde sus cimientos—; en el caso de los muros de planta baja este problema se resolverá con zanjas perimetrales (drenes), que permitirán tener un frente de secado, y así evitar que avance.

“El propósito es poner este inmueble virreinal en las condiciones de operación y funcionamiento de un edificio y un museo del siglo XXI, mediante la sustitución de los sistemas eléctrico e hidrosanitario, y la colocación de un sistema de seguridad con cámaras de televisión y circuito cerrado con fibra óptica.

“Además se mejorará la calidad del servicio de Internet y se colocará un sistema de voz y datos, que dará la posibilidad de tener recursos multimedia en salas en algún momento”.

El arquitecto Velázquez Angulo adelantó que también se implementarán sistemas de detección de incendios y alarmas especiales, a fin de garantizar la seguridad de los visitantes y del acervo, a lo que se sumará el planteamiento de un programa de Protección Civil, apegado a la normatividad en materia de seguridad.

Lo importante es actualizar el inmueble y hacer todos los arreglos necesarios sin invadir sus características originales, “hay que ponerlo a la vanguardia y dotarlo de todos los requerimientos tecnológicos modernos para su buen funcionamiento, pero sin menoscabo de su valor histórico”, puntualizó Jesús Velázquez.

El Museo Regional de Tlaxcala alberga más de 1500 piezas históricas, de las cuales 270 están en exhibición, entre las que destacan: una colección de óleos de gran formato de San Antonio, un lienzo de la Virgen de Ocotlán, una urna de Cacaxtla, un Chac Mool tlaxcalteca y diversas vasijas prehispánicas.

Cabe señalar que desde hace un par de años, especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) y del área de restauración del Centro INAH-Tlaxcala, han intervenido cerca de 20 pinturas de caballete — de los siglos XVII y XVIII—, que se afectaron por filtraciones en el edificio.

En ese sentido, la restauradora Dora Méndez indicó que los daños que tenían las obras coloniales eran manchas producto de la humedad, alteraciones de barniz y la capa pictórica, así como la presencia de hongos en la parte posterior de los lienzos de tela, afectaciones que ya se han contrarrestado.

De dicha veintena de pinturas, se han restaurado los de mediano y gran formato, titulados: La Virgen de los Dolores, El sueño de San José, La Lactación de Santo Domingo, San Nicolás de Bari, Santo Tomás y Santa Bárbara, abundó la especialista.

Además, dijo, en abril se trabajó en las obras pertenecientes a la serie de la vida de San Antonio; dichas pinturas fueron sometidas a estudios con luz infrarroja y ultravioleta, a fin de ubicar imágenes que hayan sido pintadas por el artista debajo de la actual, así como varias firmas y leyendas que se ven en las diferentes capas.

Una vez concluidos los trabajos en el Ex Convento de San Francisco, se trabajará en la conservación de algunas secciones de la pintura mural, particularmente de aquellos que tienen motivos florales, franjas, ángeles y jarrones. Esta decoración pictórica fue plasmada desde el siglo XVI (por los franciscanos) hasta el XX (durante la Revolución, cuando fue cuartel).

Por último, la puesta al día del Museo Regional de Tlaxcala culminará con la actualización del guión museográfico, con apoyo de especialistas en arqueología, historia y antropología, lo que se reflejará en el incremento del número de salas de exposición permanente, en las que se incorporarán piezas que no se han exhibido.