Tras la reciente inauguración del flamante y nuevo teatro Mariinsky el pasado día 7 de mayo, llega a San Petersburgo el Festival de las Estrellas de las Noches Blancas, un evento musical y cultural que se viene llevando a cado ininterrumpidamente en la capital del Báltico desde 1993.
Este año el festival tiene la fortuna de contar con esta nueva sede teatral que aumenta su capacidad de convocatoria y reúne a los artistas más prestigiosos. Su celebración se hace coincidir con el inicio del fenómeno de las noches blancas ya que la luz blanquecina que envuelve la ciudad se ha demostrado la más adecuada como escenario de este festival cultural que durante casi un mes ofrece la mejor ópera, ballet y música clásica.
Gran espacio cultural.
Desde el 24 de mayo y hasta el 14 de julio el teatro Mariinsky y la Filarmónica de San Petersburgo van a ser los protagonistas de la vida cultural de la ciudad. El nuevo teatro se encuentra a apenas unos metros del viejo Mariinsky que fue inaugurado en el siglo XIX.
Con una extensión de casi 80.000 metros cuadrados, que ocupa toda una manzana, el nuevo edificio se levanta junto al legendario teatro Mariinsky –están conectados por un puente peatonal situado sobre el canal Kryukov– y es una apuesta de modernización gracias a las nuevas tecnologías que permiten ofrecer todo tipo de espectáculos.
Sol de medianoche.
Durante los meses de primavera y verano, el sol apenas se esconde en esta ciudad a causa de su latitud, ya que éste no pasa por debajo del horizonte y por lo tanto nunca llega a oscurecer. Es un momento idóneo para visitar la llamada «ciudad de los canales» y «de los zares», contemplar sus magníficos edificios y disfrutar de un paseo por el río Neva arropados por la lánguida luz del sol de medianoche.
Quien visite San Petersburgo en esta época del año ha de tener en cuenta que la ciudad vive un día sin fin en el que las luces no se encienden, los restaurantes se mantienen abiertos y el atardecer se convierte en madrugada sin tránsito.