En la cima de una montaña, haciendo equilibrios en un acantilado o sujetos a paredes volcánicas, los pueblos que te mostramos a continuación se ubican en entornos de gran belleza y son destinos muy atractivos por la valiosa historia que atesoran.
En la parte norte de la isla de Santo Antão, la segunda más grande del archipiélago africano, este pequeño pueblo construido entre las rocas volcánicas está rodeado de un paisaje que deja sin aliento.
Desde Cordes du Ciel en el sur francés hasta los paisajes volcánicos de Cabo Verde o de Sicilia, son escapadas irresisitibles.