Se lanza campaña de abrazos en Londres por la felicidad

¿Existe una ciencia de la felicidad?

Un creciente grupo de economistas, políticos y académicos cree que sí y por eso están pasando de la teoría a la práctica con el lanzamiento de «un movimiento masivo para una sociedad más feliz».

Action for Happiness (Acción por la felicidad) lanzó el martes en Londres una campaña que estimula los abrazos, la meditación y actos aleatorios de bondad. Se realiza mientras el gobierno británico pide a los estadígrafos que midan el bienestar de la nación durante las actuales tribulaciones económicas.

Los fundadores del grupo sin fines de lucro incluyen un ex jefe policial, el biógrafo de Tony Blair y un economista eminente. Dicen que la felicidad -durante mucho tiempo considerada ámbito de los poetas, filósofos y líderes espirituales- es algo muy serio.

El cofundador Richard Layard, profesor emérito de economía en la Escuela de Economía de Londres, afirma que el grupo «no profesa ningún credo ni dogma. Es un movimiento secular, basado en la ciencia».

«Nuestros niveles de felicidad se han estancado durante los últimos 60 años», dijo. «Los ingresos no significan mucha diferencia. La calidad de las relaciones humanas en el hogar y el lugar de trabajo ha sido descuidada de muchas maneras en favor de un mayor ingreso».

Cada vez más políticos están adhiriendo a ese principio. El primer ministro David Cameron ha dicho que «es hora de que no nos concentremos únicamente en el PBI sino en el BG, el bienestar general».

Los cínicos responden que tiene sentido en momentos en que la economía británica se ha visto apaleada por la recesión y el país enfrenta profundos cortes en los gastos públicos.

Sin embargo, la investigación indica que el dinero realmente no puede comprar la felicidad; los niveles de bienestar en Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países se mantuvieron estáticos aun cuando subieron los ingresos disponibles y la seguridad financiera durante la expansión de posguerra de las economías occidentales.

Las encuestas mundiales sobre la felicidad producen resultados sorprendentes, ya que ponen a países como Bangladesh y Nigeria por encima de naciones mucho más ricas de Europa y América del Norte.

La búsqueda para encontrar el porqué ha despertado un movimiento creciente autotitulado «ciencia de la felicidad» que se ha arraigado en varios continentes. El concepto fue impulsado por el pequeño reino de Bután en los Himalayas, cuyo rey decretó una política de Felicidad Bruta Nacional a principios de la década de 1990 para promover el bienestar del pueblo en medio del desarrollo económico.

Canadá estableció un «índice de bienestar» mientras Japón y Corea del Sur incluyen el derecho a la felicidad en sus constituciones nacionales. Legisladores en Brasil han propuesto enmendar su Constitución para hacer de la «búsqueda de la felicidad» un derecho inalienable junto con educación, salud, alimentación, trabajo, vivienda, ocio y seguridad.

Action for Happiness parte del principio de que la bondad cultiva la felicidad. Estimula a la gente a practicar pequeños actos de generosidad, desde abrazar hasta abrirle la puerta a otra persona, ofrecer disculpas o ceder el asiento en un transporte público.

El grupo dice tener más de 4 mil miembros en 60 países y espera que millones de «activistas por la felicidad» propaguen la buena voluntad por el mundo.

«Es un movimiento por un cambio cultural radical, alejado de una cultura basada principalmente en el interés propio a otra basada principalmente en la promoción de la felicidad para el prójimo», dijo Layard.

Agencia El Universal