Abolir o regularizar la profesión más antigua del mundo se ha vuelto hoy el centro de la atención del Parlamento Europeo.
Este lunes la organización internacional recibió la visita de 200 ONGs defensoras de los derechos de las mujeres, lideradas por European Women Lobby (EWL) ¿Su objetivo? Demostrar a través de una conferencia, con números y casos, que la prostitución debe ser abolida -segun nota de BBC Mundo-
Más de diez años han pasado desde que Suecia y los Países Bajos implementaron sus políticas de prostitución en Europa.
Opuestas y extremas, mientras la primera optó por una ley de tolerancia cero, convirtiéndose en el único país europeo que impide cualquier forma de prostitución; la segunda legalizó su práctica en lugares autorizados para ello, como el famoso barrio rojo de Amsterdam.
Según las mujeres europeas, la prostitución es una forma de violencia, un obstáculo a la igualdad, una violación a la dignidad humana y a los derechos humanos. «Lo que buscamos es generar una discusión al respecto en el Parlamento Europeo», le comenta a BBC Mundo Pierrette Pape, coordinadora de la campaña contra la prostitución de EWL.
Sólo Amsterdam concentra 8.000 trabajadoras sexuales, más de un tercio de la cifra total en Francia (20.000), según cifras de EWL. Y la mayoría de las que ejercen legalmente la prostitución trabajan «involuntariamente», según datos de un estudio de la policía holandesa.
Suecia, en cambio, sólo tiene 2.000 trabajadoras y el número de personas sexualmente explotadas se ha reducido a la mitad desde 1999.
Pago por sexo ¿abolido?Pero, ¿es tan fácil, o siquiera posible terminar con la profesión más antigua del mundo?
La prostitución en cifras
80 a 95% de las personas que ejercen la prostitución han sufrido algún tipo de violencia antes de entrar en ella (violación, incesto o pedofilia).
62% de las mujeres entra a la prostitución después de haber sido violada.
68% de las mujeres que ejercen la prostitución tiene síntomas de Estrés Post-Traumático en el mismo rango que las víctimas de la tortura en tratamiento.
110.000 euros al año gana en promedio por persona prostituida un proxeneta
Según datos de EWL, basados en Naciones Unidas, el tráfico humano es la segunda actividad económica ilegal más lucrativa a nivel mundial, luego del narcotráfico. Y el 84% del negocio en Europa occidental y central se realiza con fines de explotación sexual, según cifras de ONU Mujeres.
Y el 79% de este tráfico corresponde a explotación sexual.
«En el mundo ideal, la prostitución debe ser abolida.
Y en el real también. Es cosa de mirar el ejemplo sueco, con un cambio de mentalidad y apoyo real a las trabajadoras sexuales, es posible terminar con la prostitución», le explica Pape a BBC Mundo.
La organización le presentó al Parlamento Europeo seis recomendaciones clave para los estados miembros: la supresión de las medidas represivas contra las personas prostituidas, la penalización de todas las formas de proxenetismo, el desarrollo de alternativas reales y programas de salida para las trabajadoras sexuales, la prohibición de la compra de un acto sexual , la aplicación de políticas de prevención, educación y promoción de la igualdad y sexualidad positivas, y el desarrollo de políticas de prevención en los países de origen de las personas prostituidas.
Latinoamérica: el camino contrario
Mientras en Europa surgen voces de abolición, en América Latina las agrupaciones de trabajadoras sexuales consideran que la única manera de controlar la actividad es regulándola dentro del marco legal de cada país.
«Lo que nosotros estamos buscando es el reconocimiento del trabajo sexual autónomo.
Estamos totalmente en contra del proxenetismo», le señala a BBC Elena Reynaga, secretaria ejecutiva de la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe, que agrupa a organizaciones de 15 países de la región.
La organización está preparando un proyecto de ley para presentar en Argentina y el próximo año buscan llegar a las asambleas anuales de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para pedirles que apoyen el compromiso de sus miembros para reconocer el trabajo sexual autónomo.
A partir de ello, las trabajadoras esperan poder acceder a los derechos y beneficios de cualquier trabajador, tales como créditos y viviendas. También están dispuestas a pagar las tasas que correspondan.
«Toda la vida hemos pagado impuestos. Le pagamos el 50% al proxeneta, le pagamos a los policías para que no nos lleven detenidas. No queremos ninguna ley especial, sino la que se aplica para todos los trabajadores autónomos, con sus derechos y deberes», explica Reynaga.