Para Fernando Correa Arrazola la vida cotidiana en las grandes ciudades, marcada por la soledad y la prisa, son puntos de reflexión de la propuesta plástica reciente desarrollada a partir de 2009, creando imágenes evocadoras de los grandes conglomerados de personas, en las que se percibe implícita soledad que las acompaña.
La serie está integrada por 74 piezas en las que predominan las tonalidades ocre, gris y rojo intenso. Fernando Correa Arrazola explicó que esta serie forma parte del un proyecto apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Sistema Nacional de Creadores, en el cual planteó generar estos cuadros que forman parte de una serie más amplia, que el artista ha dividió en tres etapas, estas piezas corresponden a la primera de ellas.
“Es un trabajo neoexpresionista –expuso Fernando Correa Arrazola– con cargas matéricas y chorreados que se requieren para lograr este recurso. Temáticamente lo que me interesa abordar es la figura humana en la urbe y en la soledad, en el aislamiento, que siempre existen a pesar de que estamos rodeados de miles de personas aún así existe mucha soledad.
“Al ser parte de un proyecto amplio, en las siguientes entregas tengo planeado agregar otros elementos relacionados con el expresionismos, enfocados al contexto de la urbe, un conglomerado de gente que está marcada por una gran cantidad de referencias emotivas; el contexto en ese sentido, se trata de una urbe total, abierta, sin una referencia directa a algún lugar en particular, sino a las emociones que surgen en ellas”, describió el artista plástico.
En la producción de Correa Arrazola las segmentadas figuras humanas se retuercen agónicas para crear el efecto buscado por el autor en el sentido de estar cargadas de emotividad.
“Las condiciones de vida en las ciudades, desde el punto de vista de las emociones, paradójicamente nos da a sus habitantes la posibilidad, la necesidad incluso de buscar formas muy variadas para expresarnos, unos decidimos ser pintores, otros periodistas, en fin, la gama de posibilidades se abre de manera importante, así que me parece que una reflexión plástica en ese contexto es necesaria e interesante”, detalló Fernando Correa Arzola.
“El recurso del expresionismo –precisó– también es casi una elección obvia, con múltiples facetas, que se puede adaptar a los contextos que nos interese abordar, por lo que al darle una nueva lectura, en la actualidad, se convierte en un elemento vigente y que nos acerca de forma decidida a la temática en turno”.