Como un instrumento destinado a promover la danza el arte y la cultura en México es que surge la Fundación Elisa Carrillo Cabrera A. C. que fue dada a conocer la noche de este viernes 19 de julio en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
“Yo no soy gobernante ni funcionaria pública, empresaria o educadora, soy artista y desde esta condición a través de lo que sé hacer y que llena mi vida es como debo y puedo contribuir a la construcción de un mejor futuro para México”, aseguró Elisa Carrillo, primera bailarina del Ballet de la Ópera de Berlín.
La fundación que ya cuenta con el reconocimiento como Miembro del Consejo Internacional de Danza de la UNESCO, pretende desarrollar tres líneas estratégicas: la promoción y extensión del gusto por la danza entre el público nacional, la detección y apoyo al talento dancístico de los niños y jóvenes mexicanos y la enseñanza y práctica profesional de esta disciplina.
Miguel Carrillo, padre de la bailarina embajadora de la cultura mexicana y director administrativo de la Fundación, reconoció que el ballet en México no ha sido hasta ahora una actividad artística arraigada en el gusto popular, aunque en los últimos años se ha incrementado el número y matrícula de escuelas de ballet en la mayor parte del país.
“De acuerdo con una encuesta reciente el 60 por ciento de los mexicanos nunca ha asistido a una función de danza, y dentro del 35 por ciento que lo ha hecho, sólo el 17 por ciento manifestó una preferencia por el ballet”.
Explicó que la institución altruista aspira a convertirse en un coadyuvante de las instituciones mexicanas de enseñanza de la danza facilitando el acercamiento de maestros y estudiantes mexicanos con sus pares de otros países mediante la participación en cursos, certámenes de competencia y cualquier otro medio que permita compartir experiencia y conocimiento.
“También se propone ser un medio para promover que lleguen a México las nuevas creaciones coreográficas que refresquen y enriquezcan el repertorio de las compañías nacionales de danza”.
Destacó que como parte de las acciones para recabar recursos se llevará a cabo la segunda edición de la beca “Elisa Carrillo” en el mes de agosto y se trabajará en la creación de una nueva coreografía sobre un tema mexicano para conmemorar el segundo aniversario del Centro Cultural Mexiquense que se estrenará el próximo 30 de agosto con el apoyo del Instituto Mexiquense de Cultura.
La fundación será gestor autorizado en México de una propuesta del comité organizador del Festival Internacional Dance Open Ballet que plantea la posibilidad de traer a México a las estrellas del ballet mundial que han participado en el reconocido festival con sede en San Petersburgo.
“Hay una iniciativa para establecer una relación de apoyo mutuo con intercambio de estudiantes y profesores entre la escuela Estatal de Ballet de Berlín y la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea de México”, dijo Miguel Carrillo.
Agregó que además hay una propuesta de la compañía de Danza Contemporánea Armitage Gone! Dance de Estados Unidos para iniciar un proceso de formación de nuevos coreógrafos en México que podría conducir más adelante a la creación de un Instituto Nacional de Coreografía en nuestro país.
Por su parte, Elisa Carrillo recordó que previo a la creación de la fundación y en compañía de su esposo Mikhail Kaniskin, llevó a cabo acciones para dar a conocer las nuevas tendencias de la danza con el patrocinio y apoyo del gobierno federal a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Compañía Nacional de Danza.
“La fundación, asociación civil está abierta a vincularse con todas las personas e instituciones públicas y privadas de México y el mundo que quieran compartir el anhelo de impulsar las artes porque nace de un deseo de trabajar por las artes, la cultura y contribuir a un mejor futuro para la juventud”.
Para la impulsora de la gala Elisa y Amigos y Los apasionados de la danza en 2012, las artes en general y dentro de ellas, la danza, se hacen para impactar en la espiritualidad de las personas, deleitar y alentar el espíritu, eso intangible y fundamental que nos hace humanos.
“Yo me sumo a los que desean que en el México del futuro, las artes, su expresión y disfrute no sean patrimonio exclusivo de las élites de la sociedad sino un bien cultural al alcance de todos”.