Las bellas mujeres, la prostitución, el teatro habuki, y los guerreros de la literatura popular son los ejes temáticos de la exposición Ukiyo-e Imágenes del mundo flotante que el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG) tendrá abierto al público hasta el 30 de junio.
Sesenta y cinco piezas del acervo de estampas japonesas pertenecientes a la colección del museo, adquiridas por Alvar Carrillo Gil, a partir de un primer viaje a Japón en 1955, permiten que el espectador se acerque al arte de la estampa y el grabado realizado en la ciudad de Edo, hoy Tokio, durante el periodo Tokugawa (1603-1868) y Meiji (1868-1912).
Los grabados realizados en dichos periodos históricos se les conoce como Ukiyo-e, lo que quiere decir: imágenes del mundo flotante. En la ciudad de Edo, ya se realizaban actividades relacionadas al comercio, la educación, el entretenimiento, las cuales fueron ilustradas por artistas expertos en dibujo y grabado que principalmente retrataban a los samuráis, mujeres tocando el koto y el shamisen, actores de teatro, entre otros personajes.
La muestra curada por Amaury García e Ibarí Ortega, abre con imágenes conocidas como bijin-ga en las que se representa a las mujeres de la sociedad Edo, quienes fueron objeto de elogio urbano, famosas no sólo por su belleza sino por destacarse en algún oficio o arte.
Pero también la iconografía del ukiyo-e muestra los barrios de prostitución donde el distrito de Yoshiwara cautivó la imaginación de los japoneses durante casi 150 años. Ibarí Ortega explica en visita guiada, que las prostitutas de las categorías más altas en las jerarquías de los prostíbulos era vistas como modelos a imitar en cuanto la manera de vestir, sus habilidades y sofisticación artística, aspectos resaltados en la literatura, y en el teatro popular de la época.
El visitante a la exposición observará uno de los tópicos más populares en las ciudades de Edo y Osaka: el teatro habuki, cuyos actores se convirtieron en los símbolos sexuales del momento, y más adelante estampas de guerreros o musha-e.
Hacia finales del siglo XVIII y principios del XIX, se explica, la literatura popular puso de moda un número importante de historias de aventuras, viajes, fantasmas, héroes y seres sobrenaturales que también ingresaron a las tramas que desarrolló la estampa japonesa.
La muestra incluye las piezas El guerrero Kumagai Kojiro Naoie, de Katsushika Isai; Los guerreros Minamoto Yoshitsune y Musashibo Benkei, de Kikuwa Eizan; Ensei, de la serie Galantes mujeres del Suikoden, de Utagawa Kuniyoshi, El guerrero Kusu Masashige, de Utagawa Yoshitsuru, Historias heroicas en el paso de Iga, de Toyokawa Yoshikuni, Prostituta Morokoshi de la casa Echizen, de la serie Conjunto de famosos y bellas flores de los prostíbulos, entre muchas otras.
Pero las particularidades estéticas del ukiyo-e no sólo se presentan como un material del pasado a observarse, sino que fueron base para realizar interpretaciones creativas en medios electrónicos, artes aplicadas, instalación, fotografía y pintura, por artistas japoneses y mexicanos como: Tetsuo Suzuka, Alexis Mata o Floria González, algunas realizadas en ex profeso.
De David Gremard se presenta un kimono de novia concebido como un texto cartográfico que combina las artes aplicadas y la hibridación cultural japonesa. El fotógrafo Ken Kitano realizó dos meta retratos; el primero de treinta jóvenes geikos y malkos (aprendices de geishas) del pueblo de Miyagawa, en Kioto; el segundo, las siluetas de 38 cantantes kouta (música popular de periodo Edo).
Kenta Torii hizo un biombo como soporte para elaborar una reinterpretación de algunas estampas japonesas de la colección del MACG en la que incluye personajes de diferentes géneros del ukiyo-e, como el musho-e, yakusha-e y bijin-ga, en un mismo espacio de representación.
La artista Ana Gómez emplea la cerámica, en ella plasma los signos representativos de la cultura de masas y referentes icónicos característicos de las sociedades de consumo, con lo que altera el discurso visual original de los grabados.
El Dr. Lakra (Jerónimo López) intervino algunos ukiyo-e. En su propuesta artística muestra un repertorio de personajes femeninos de decadencia y sensualidad a las que el artista les añadió sangre, jeringas, cigarrillos y rostros fantasmagóricos.
Ukiyo-e Imágenes del mundo flotante también cuenta con una pieza interactiva de Yuta Kayashima en la que se crítica la reproducción de ideales de belleza femenina en la estética contemporánea. En ella establece una relación entre las mujeres bellas representadas en los ukiyo-e y los prototipos corporales que caracterizan los personajes femeninos del manga.
A la exhibición le restan algunas semanas en el Museo de Arte Carrillo Gil, ubicado en avenida Revolución 1608 en San Ángel. No pierda la oportunidad de conocer la representación de una cultura distinta a la nuestra a través de grabados originales y reinterpretaciones contemporáneas.