Venecia… del Carnaval y Casanova a Murano (2a. parte)

Cualquier tiempo y estado de animo es valido para visitar Venecia, sin embargo, hacerlo en época de Carnaval es un » plus», fiesta de colores, formas, baile, vino, belleza, alegría, sus orígenes se remontan al siglo XIII, pero es hasta el XVIII cuando alcanza su mayor magnificencia, que aun se mantiene, durante los diez días que dura, todo Venecia se disfraza o por lo menos porta una mascara o antifaz.

Los desfiles son únicos, la » foto del recuerdo » obligada, así como los souvenirs que van desde un calendario o dossier con las imágenes de las viñetas triunfadoras del concurso a que se convoca cada año, hasta un traje de Veneciano de los siglos XIII, XIV, similar a los pintados por Canaletto y ya envueltos en la euforia carnavalesca – » si están en condiciones «….y los dejan – emular las historias de Giacomo Casanova, nacido también aquí en 1725….

El Patrimonio de Venecia es único en el mundo, el mas emblemático, la Plaza de San Marcos – tomarse video o la foto dándole de comer a las palomas o con ellas como fondo emprendiendo el vuelo será una estampa testimonial por siempre – esta rodeada por la Basílica de san Marcos, el Palacio Ducal, la Torre del Reloj, las Procuradurías – antigua y nueva – de bellísimas arcadas, el Museo Correr, la Torre de los Moros y hacia el muelle, dos grandes columnas con el León de San Marcos, símbolo de Venecia.

También te esperan el Palacio Ca’ d’ Oro, de fachada Gótica y arcos mixtilíneos, el Ca’ Rezzonico de estilo Barroco obra de Baldass, el Palazzo Dolfin Manin, el de la Fortuny, el Grassi, la iglesia Redentora, la Basílica de Santa María Gloriosa de Frari, la de Santa María de la Salute que fue construida en recuerdo y homenaje a las victimas de la gran peste de 1630.

Murano – la isla de murano – es un punto y aparte, Capital Mundial del vidrio artesanal – permanentemente imitado pero nunca igualado – de excelsos colores – lámparas, vasos, copas, imágenes, adornos de todo tipo – exquisitas líneas y destellos brillantes, visitar sus talleres y compartir el horneado de la pieza escogida, será parte de los recuerdos que se lleven de esta isla, que es puerta de Venecia al mar.

Y como no hay tour completo sin una buena mesa, un vino – cosecha de viñedos Italianos – será complemento ideal de un pescado o mariscos del mar Adriático, gambas, cangrejo, sardinas de saor, carpaccio con parmesano, hígado a la Veneciana, arroz a la pescatore, para los postres bussulai – dulce de canela – o un mandolato – turrón crujiente con almendra -.

Si somos fanáticos de los licores y brebajes únicos, habrá que degustar las bebidas mas típicas como son, el spritz, el crodino, el prosecco y el espumoso Bellini, mezcla de vino y zumo de melocoton blanco y para cerrar la ecuación de paladares exigentes, un digestivo, Sgroppino – limón vodka y prosecco -.

Y antes de partir, trasformarse – en buen romance – en un juglar y desde alguno de los puentes, abrigados por una luz de luna, alzar los brazos y decirle a la musa que nos observa desde el balcón del hostal….un requiebro de amor…

Pero esa…esa es otra historia….