Operadores turísticos europeos están evacuando de Túnez a miles de turistas tras el ataque contra un resort que dejó 38 muertos este viernes, la mayoría de nacionalidad británica -según nota de BBC Mundo-.
El aeropuerto de Enfidha-Hammamet, el más cercano al lugar del ataque, ha puesto en marcha un plan especial para acomodar a los pasajeros que quieren abandonar el país.
El primer ministro de Túnez, Habib Essid, anunció medidas excepcionales para garantizar la seguridad.
Essid dijo que movilizará a reservistas del ejército en lugares arqueológicos y resorts turísticos.
Además, unas 80 mezquitas serán clausuradas en una semana por extender «su propaganda y su veneno para promover el terrorismo».
Vuelos adicionales
El director del aeródromo, Mohamed Walid Ben Ghachem, dijo que desde ayer se han programado 15 vuelos adicionales y que nueve de ellos ya han salido con 1.400 pasajeros.
Los operadores Thomson y First Choice, con los que viajaron algunos de los fallecidos, han enviado 10 aviones para repatriar a 2.500 turistas y han cancelado todos los vuelos previstos para las próximas semanas.
Lo mismo han anunciado grandes operadores de Dinamarca, Suecia y Noruega.
Eslovaquia también ha enviado un avión para repatriar a 150 de los 600 nacionales de este país que están en Túnez.
La asociación de agentes y operadores de viajes de Reino Unido (ABTA) dijo que hay unos 20.000 británicos de vacaciones en Túnez, una cifra a la que hay que sumar la de las personas que han viajado de forma independiente.
El primer ministro británico, David Cameron, advirtió de la radicalización de «demasiados jóvenes» islamistas en Reino Unido.
Amenazas
Essid prometió actuar contra partidos y grupos «que actúan fuera de la constitución».
«El país está amenazado; el gobierno está amenazado», dijo.
El primer ministro británico, David Cameron, tachó el sábado el ataque de «salvaje» y aseguró que un equipo de personal diplomático y policial llegarán a Túnez a lo largo del día.
En una comparecencia en Downing Street, sostuvo que sólo alcanzaba a «imaginar el dolor, la angustia y la agonía» de las familias afectadas por estos «terribles actos».
También pidió a sus compatriotas trabajar junto a las autoridades para «combatir la narrativa venenosa del extremismo islamista que está radicalizando las mentes de demasiados jóvenes de nuestro país».
En el ataque también murieron tunecinos, alemanes, belgas, franceses y al menos un irlandés.
Estado Islámico se responsabilizó del ataque, en el que resultaron heridas 36 personas.
Se han fletado 10 aviones para repatriar a 2.500 turistas.
El primer ministro presidirá una reunión de emergencia para determinar la respuesta británica a los ataques.
Es el segundo ataque contra turistas que se produce en el país desde marzo, cuando militantes armados mataron a 22 personas en un museo de Túnez.
Jim Muir, corresponsal de la BBC en Túnez, explicó que muchos tunecinos se preguntan por qué el gobierno no aplicó medidas de seguridad más drásticas tras este primer ataque.
El hombre armado que llevó a cabo el ataque fue abatido a tiros.
Fue identificado como Seifeddine Rezgui, un estudiante que no estaba fichado por las autoridades.
El atacante, que iba con ropa de playa pero llevaba un rifle escondido bajo una sombrilla, empezó a disparar en la playa antes de entrar en el Hotel Imperial Marhaba.
Medios locales reportaron que un segundo atacante fue arrestado, pero esto no ha sido confirmado.
Estado Islámico pidió a sus seguidores intensificar los ataques durante el mes sagrado musulmán del Ramadán.