Al cumplirse hoy 50 años de que la película Viridiana del director Luis Buñuel se llevara la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, el diario español El País destacó como con ese filme se burló el cineasta del franquismo.
En su edición de este miércoles, recordó que el negativo había sido trasladado clandestinamente a París con la excusa de que en la capital francesa existían mejores estudios para realizar la sonorización y las mezclas finales, algo en parte cierto.
Agregó que la cinta llegó, sin pasar por la última censura de la dictadura franquista, al Festival de Cannes la noche anterior a su proyección.
El productor de Viridiana, protagonizada por la mexicana Silvia Pinal, Pere Portabella, afirmó que »nos temíamos lo peor si antes de su estreno en Cannes era visionada por el director general de Cinematografía».
El País señaló que la película, en la que también actúan Fernando Rey y Francisco Rabal, fue exhibida en la última jornada del certamen y el impacto que provocó fue enorme, tanto, que el director general de la Cinematografía, José María Muñoz Fontán, desapareció del palco precipitadamente.
Al día siguiente, el 18 de mayo de 1961, el jurado de Cannes, que ya tenía prácticamente decidido el palmarés, decidió conceder la Palma de Oro ex aequo a Viridiana y a Una larga ausencia, de Henri Colpi.
El País rememoró que el equipo de la película se preguntó «¿Y qué hacemos ahora con el premio? ¿Quién lo recoge?» , tras la decisión del jurado en Cannes.
Portabella cuenta ahora que «Buñuel estaba medio enfermo en París y nos avisó de que él no viajaría a Cannes».
Ante ello, »su amigo Domingo Dominguín y Juan Antonio Bardem, ambos conocidos comunistas que trabajaban en la productora Uninci, tuvieron la brillante idea de ofrecerle al director general de Cine, Muñoz Fontán, que subiera al escenario a recoger la Palma de Oro como representante de España».
Muñoz Fontán, que se había refugiado en su hotel al terminar la proyección, aceptó el »regalo envenenado», y nada más aterrizar en Madrid, al día siguiente de la ceremonia, el entonces ministro de Información y Turismo, Gabriel Arias Salgado, le citó en su despacho y fue fulminantemente destituido.
El diario español subrayó que la película levantó una gran polémica, »el gol de Buñuel al franquismo tomó carta de naturaleza» y L’Osservatore Romano, periódico oficial del Vaticano, calificó de ‘blasfema’ la película y pidió la excomunión de todo el equipo.
Se dijo incluso que la música de Händel y Mozart, incluida en el filme, era ‘perversa’, añadió.
Asimismo, las autoridades franquistas, en lugar de prohibir Viridiana, negaron su existencia como película española y la hicieron desaparecer, como si nunca se hubiera rodado.
Al cabo de un tiempo, el coproductor mexicano Gustavo Alatriste, marido de Silvia Pinal, recogió el negativo refugiado en París y se lo llevó a México, donde consiguió que se le atribuyera la nacionalidad mexicana y solo así se pudo estrenar.
Viridiana supuso la vuelta a España de Buñuel tras sus años de exilio en México. La dictadura franquista vio la oportunidad de instrumentalizar una supuesta apertura del régimen concediendo el permiso para rodar al cineasta aragonés.
»Lo de Cannes fue un gran éxito político. Viridiana supuso el fin de la carrera como productor de Portabella, tras Los golfos, de Carlos Saura, y El cochecito, de Marco Ferreri, pero también una gran satisfacción moral y política», acotó.
Agencia El Universal