Durante un buen rato tuvo temple, luego de que le pidieran que pasara su equipaje por el escáner e incluso cuando los inspectores de la Aduana le advirtieron que realizarían una revisión manual porque habían advertido algo “sospechoso”; pero las insistentes preguntas, a pesar de su empeño por responder que no traía “nada digno de interés”, excepto su ropa, terminaron por quebrarlo. El pasajero, un mexicano que llegaba al Aeroparque, el aeropuerto internacional de Buenos Aires, desde Barcelona, previa escala en Santiago de Chile, en el vuelo 1281 de Aerolíneas Argentinas, comenzó a transpirar. Ahí sí, los agentes federales descubrieron su secreto.
En un doble fondo, que fue necesario abrir con una navaja, había dos bolsas de un polvo de un blanco marfilado: eran 4.3 kilos de MDMA, la metanfetamina conocida como éxtasis, una droga sintética de amplia circulación en las fiestas electrónicas. Con esa cantidad era posible fabricar más de 13 mil 500 dosis, valuadas en más de 200 mil dólares (casi 3.7 millones de pesos mexicanos) en el mercado ilegal.
El procedimiento, que se realizó el martes pasado (último día del fin de semana extralargo de Carnaval), pero que se conoció este domingo, se produjo cinco días después de que un DJ austríaco proveniente de los Países Bajos fuese detenido, en la misma aeroestación, con casi ocho kilos de la misma sustancia estimulante.
El nuevo detenido quedó a disposición del juez en lo penal económico Juan Pedro Galván Greenway, que dispuso que agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP investiguen si la sustancia narcótica provenía de Europa.
Según informaron fuentes de la Aduana, el caso comenzó cuando, en el sector de arribos del Aeroparque Jorge Newbery, el personal de la repartición detectó algo anormal en el equipaje que un pasajero de nacionalidad mexicana había pasado por el escáner.
Con información de El Universal
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