Los últimos cuatro años de Amy Winehouse han sido un calvario autoinfligido dominado por sus múltiples adicciones durante el cual la cantante ha ido dando bandazos y ocupando titulares sensacionalistas mientras su carrera musical acumulaba polvo. Pero parece ser que ha decidido por fin tomar las riendas de su vida.
La artista ha regresado a los escenarios, ofreciendo un mini-concierto de siete canciones en el londinense 100 Club que ha recibido una inmejorable acogida por parte del público y la crítica. Amy interpretó clásicos como Rehab o Back to black y estrenó algunos de los temas que formarán parte de su próximo disco, ante una audience extasiada. Además, estuvo en todo momento arropada por diversos miembros de su familia y no probó una gota de alcohol en toda la noche.