Las Calaveritas de «Los Presidenciables»

MANLIO FABIO BELTRONES
Cuando la muerte llegó
de inmediato le propuso
debatir primero el programa
soy de propuestas le dijo
y en tu encuesta estoy atrás
la parca le respondió
hay que ser democráticos
ésta es una gran coalición
y antes que cortes copetes
mejor te llevo al panteón

ERNESTO CORDERO

A este regordete Itamita
con cara de bobo
y cerebro de bolita
la muerte se resistía a llevárselo
no fuera a ser la de malas
que el salario le bajara
y con seis mil pesos la dejara
sin embargo desde unos pinos
un dedo lo señaló
y así, «haiga sido como haiga sido»
aún siendo «delfín» murió

SANTIAGO CREEL

Con sombrero de «bolita»
montando caballo mostrenco
con la muerte se encaró
tu traes los dados cargados le dijo
a fuego cruzado me tienes
muy segura y serena
la dama le respondió
tú ya estabas muerto en vida
desde el día en que te besó Fox
y de inmediato lo cargó

MARCELO EBRARD

Este Titino Carnal
ajonjolín de todos los moles
muy confiado se sentía
por controlar a los Chuchos
cuando de pronto sonriente
del brazo de Padierna y Batres
la muerte se apareció
y con desprecio le dijo
lo que tu tienes no cuenta
es el puro cascarón
lo mejor es que no estorbes
vámonos para el panteón

LOPEZ OBRADOR

Con todo y presidencia legítima
la muerte vino por él
otros dicen que fue
la mafia del poder
también hay quienes culpan
a su ambicioso «Carnal»
ahora tendrán que lidiar con él
los discípulos de Luzbel
porque en el infierno seguro
con plantones pedirá
contar diablo por diablo
hoguera por hoguera
para hacerse del poder

ENRIQUE PEÑA NIETO

Por Tollocan y Reforma
muy sonriente se paseaba
ninguna sombra estorbaba
a su equipo ya le andaba
se les quemaban las habas
cuando de pronto surgió
la catrina encopetada
como está eso le dijo
de reducir el congreso
a mis carroñas no las tocas
mejor me llevo tus huesos

JOSEFINA VASQUEZ MOTA

Con informes de opereta
y libritos de entrevistas
ella quería convencer
al gran señor de los Pinos
que además de ser mujer
podía administrarle el pastel
y compartirlo con él
pero la muerte traviesa
sin reparar en el género
a su morada llegó
para decirle sonriente
solo vivirá un cordero
no dos