
Cristina Díaz se dice regia “de Guadalupe (el municipio de Nuevo León) y guadalupana”. Esta mujer de fe, abogada, maestra de primaria, secundaria, preparatoria y profesional, era hasta hace algunas horas prácticamente una desconocida, y ahora se encuentra en el umbral de convertirse en la secretaria general del PRI, al competir en la fórmula que encabezará el hasta hoy candidato único a la presidencia priísta, Humberto Moreira.
Moreira le llamó el lunes por la noche para invitarla a formar parte de la fórmula que encabezará en la contienda por la dirigencia nacional del PRI.
Para los primeros minutos de ayer había un acuerdo entre gobernadores, líderes camarales y las demás “fuerzas vivas” del priísmo a su favor.
Al platicar con ella hace notar su espiritualidad, pero reconoce que sólo es una parte de la vida cotidiana, pues la realidad es diferente. Sobre la decisión de ser compañera de fórmula de Moreira Valdés advierte: “No seré una figura decorativa” en la dirigencia del PRI.
La legisladora, identificada como “colosista”, conoció a Humberto Moreira hace cinco años, en la 59 Legislatura de la Cámara de Diputados.
El coahuilense era gobernador electo y llegó a San Lázaro, tocó la puerta de Díaz, entonces secretaria de la Comisión de Salud. Moreira, narran quienes vieron esa escena, llegó con un maletín de proyectos bajo el brazo. Le dijo que era la secretaria de la Comisión, que era de su partido y que necesitaba su ayuda. Tras conocer los proyectos en materia de salud, Díaz se comprometió a trabajar con él para conseguir los recursos.
A la diputada Díaz la vinculan con el grupo político del PRI norteño, encabezado por el ex gobernador de Nuevo León, José Natividad González Parás, pero también al grupo del líder de la burocracia federal, Joel Ayala Almeida.
Como priísta, a Cristina Díaz le ha tocado perder y ganar.
En 1997 perdió una diputación cuando Natividad González Parás perdió la gubernatura del estado de Nuevo León, pero en 2003, siendo dirigente del PRI estatal, recuperó la gubernatura al lado de Natividad.
En 2006 compitió por la alcaldía de su natal Guadalupe y ganó. Además fue secretaria de Organización del PRI de Nuevo León y dirigente municipal.
Ha sido delegada del PRI en algunos estados donde es oposición: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Yucatán y Chiapas.
Cristina Díaz nació en la Maternidad Conchita, en 1958, y actualmente vive al pie del Cerro de la Silla.
A los 18 años de edad se incorporó al Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria y tiene, como primera campaña en la que participó, la presidencial de José López Portillo, en la secretaría de Prensa.
Ha sido tres veces diputada federal y una local, maestra de primaria, de secundaria para adultos, preparatoria y a nivel profesional en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Cuando habla de gustos en comida, por mucho prefiere la de su estado: enchiladas regias, tamales en hoja de maíz, guisado de calabazas con cerdo.
Díaz es lectora y estudiosa de la historia, gusta de las películas épicas, con referencias históricas y biográficas, como Gladiador o Corazón Valiente, a sus amigos les confiesa que a veces con sufrimiento sigue las películas sobre La Pasión de Cristo.
“Soy creyente, soy una gente que cree en Dios, tengo fe y en él pongo toda mi esperanza siempre, y como dicen: a Dios rogando y con el mazo dando; por una parte la esencia interior, la espiritualidad, pero la realidad es otra”, dice a sus allegados.
Quienes la conocen de cerca afirman que las muertes de Diana Laura Riojas y Luis Donaldo Colosio fueron un capítulo difícil y doloroso en su vida y que hasta hoy mantiene vivos los ideales y pensamientos del fallido candidato presidencial.
En la administración pública trabajó en cargos de mediana responsabilidad. En los años 80, en la Secretaría de Programación y Presupuesto; a finales de los 90 fue delegada regional del Instituto Nacional de Migración; en el año 2000 estuvo en el Fonatur, y en 2001 fue asesora del director del IMSS.
Agencia El Universal