México.- En los últimos cinco años, la globalización ha llegado en definitiva al cine mexicano, en el que más de 40 películas han logrado realizarse gracias a la conjunción entre productores mexicanos, europeos, sudamericanos y hasta estadounidenses.
Sin ese respaldo, cintas como Rosario Tijeras, El laberinto del fauno, Acorazado y Sin ella, no habrían podido ser hechas.
Y al próximo festival de Cannes, que arranca en dos semanas, llegarán a competencia, bajo dicho esquema, Post Tenebras Lux, de Carlos Reygadas que buscará la Palma de Oro.
Apenas hace unos días se estrenó Gaturro, película animada coproducida por la empresa Anima Estudios y la argentina Ilusion.
“Cuando se trata de una película así, se aportan ideas, se ve cómo es la mejor manera de apoyarnos mutuamente, eso va enriqueciendo el producto”, comenta José Carlos García de Letona, de Ánima Estudios.
De acuerdo con el Anuario Estadístico del Cine Mexicano 2011, editado por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), cerca del 20 por ciento de películas hechas desde 2007, fueron coproducciones principalmente con España y Argentina.
También participaron compañías de otros diez países, entre ellos Perú, Estados Unidos, Holanda, Dinamarca y Suecia.
La pequeña nación centroamericana de Guatemala ya puso su granito de arena con Las marimbas del infierno, de Julio Hernández que busca estrenos en salas.
A la lista se sumará, a partir de este año, China, que hará mancuerna con el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (CUEC, porsus siglas).
El proyecto contará la historia de un piloto aéreo mexicano y una mujer de aquel país asiático..
“Espero que sea una puerta que se abra para que México pueda producir más con Asia, pero eso no depende sólo de una película”, dice Armando Casas, director del CUEC.
El camino
Una coproducción se logra luego de que compañías de ambos países sienten interés por la historia, negocien que aportará cada una de ellas, incluyendo procesos de producción y personal, lo cual reduce riesgos económicos a las partes.
El filme La sirga, hecha entre Colombia y México y que partipará en la Quincena de Realizadores de Cannes, es muestra de ello.
“Nosotros hicimos los procesos de posproducción aquí, es una manera de hacer el cine más universal”, considera Edgar San Juan (Norteado), de la parte mexicana.
La participación de distintos países hace viable que una cinta tenga pantalla en distintos mercados, como ha ocurrido con los largometrajes La profecía de los justos, Post mortem, Polvo de ángel y El mural que han estrenado en España, Chile, Colombia y Argentina, entre otros, respectivamente.
“Lo que tenemos claro es que debemos ver hacia otros mercados, ahí está el latino que es muy importante”, considera Fernando Rovzar, productor de La profecía de los justos y quien acaba de participar de jurado de documental en el festival de cine de Tribeca.
Desde 1997 funciona el programa Ibermedia, que promueve la coproducción en países de Iberoamerica.
Agencia El Universal