Vorágine electoral “congelará” reformas

La carrera por la conquista de la Presidencia en las elecciones de 2012 prácticamente arrancó con el año, en una disputa en la que no se visualizan proyectos de nación claros y de largo aliento, sólo ambiciones personales y de partido, aseguran politólogos, que creen que la contienda solo tiene como único fin la conquista del poder.

Presagian el derrumbe de las reformas pendientes, como la política y laboral, ya que los actores políticos en el Congreso estarán concentrados en una agenda electoral. La contienda rumbo a la sucesión presidencial, coinciden, envolverá al quehacer legislativo, y difícilmente pasará cualquiera de las reformas que esperan.

Nadie sabe bien a bien lo que persiguen los partidos ni lo que éstos ofrecen a los mexicanos, expone Lorenzo Meyer, investigador de El Colegio de México. Critica esta ambición desmedida, en un país dominado por la desconfianza y envuelto en un clima volátil producto de la inseguridad.

“¿Hacia dónde vamos en 2011 y 2012? No se sabe”, afirma Meyer, y opina que el horizonte de la clase política mexicana no pasa de la contienda presidencial del próximo año.

“Nadie ha hablado sobre un gran proyecto de nación, ni de largo ni de corto plazo, y en algunos casos, como el PRI, lo único que ofrecen es el pasado como futuro, y esa es una situación política poco deseable”, lamenta.

Como Meyer, el profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), José Antonio Crespo, el 2011 estará dominado por el tema electoral, empezando por las elecciones para gobernador en seis estados (Guerrero, 30 de enero; Baja California Sur, 6 de febrero; Coahuila, Nayarit y Estado de México, 3 de julio, y Michoacán, 13 de noviembre).

Sin mayor prospectiva, afirma, la acción política estará centrada en la selección que harán los partidos de sus precandidatos y candidatos con vistas a 2012. De planes y proyectos, nada.

Afirma que lo que resulte en las elecciones en el Estado de México, cuyo gobernador Enrique Peña Nieto se perfila como favorito para abanderar al PRI, podría presagiar lo que sucederá en los comicios presidenciales del próximo año.

Crespo destaca Michoacán, donde la eventual participación de Luisa María Calderón podría desencadenar un apoyo “desmedido” de su hermano el Presidente de la República y de la maquinaria político-burocrática de Los Pinos.

Otro politólogo, Alberto Aziz Nassif, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología (Ciesas), ve 2011 totalmente dominado por el tema electoral: primero por los comicios en seis estados, por las estrategias de PAN, PRI y PRD con vistas a 2012, y los mecanismos de selección de candidatos. No visualiza nada concreto sobre programas de nación de mediano o largo plazo. “Todo es electoral y no hay más”.

“El 2011 y el 2012 están necesariamente vinculados, unidos uno al otro, todo rumbo a las elecciones presidenciales; de lo demás no hay nada”, advierte. En su opinión, los partidos políticos dedicarán sus esfuerzos a sacar provecho de las seis elecciones de 2011, para definir planes, estrategias y posiciones respecto a la sucesión presidencial, pero no para consolidar proyectos de país.

Mauricio Merino, investigador del CIDE, sostiene que “con el comienzo de 2011 se abre ya la puerta franca a los líderes y candidatos que se disputarán la sucesión presidencial en año y medio”. En una colaboración para EL UNIVERSAL, Merino explica que el guión del PRI se ha venido configurando con mucha antelación, pero que habrá que esperar lo que pase en el Estado de México; que el PRD depende casi por completo de las decisiones de Andrés Manuel López Obrador, y que el PAN se nubla entre la medianía y la incertidumbre de sus candidatos y la obstinación del Presidente.

Así, todos ellos creen que los partidos políticos se mueven en un futurismo inmediato, cortoplacista, sin proyectos de gobierno o de país, y que no vislumbran nada más allá de 2012.

Debilidad institucional

Meyer insiste en que este momento político domina la falta de un proyecto por parte de quienes ejercen el poder, lo que deja a la vida pública mexicana en una zona donde lo importante pareciera ser administrar el día a día y la incertidumbre, sin ver más allá de lo estrictamente inmediato, de los intereses de cada uno de los actores, y de la élite del poder en general. “En una situación de debilidad institucional y sin proyecto, 2011 y 2012 aparecen como un año más, en el que iremos a donde las corrientes nos arrastren y no nos proponemos ir. La nave del Estado parece no tener motor ni timón, y que va a la deriva”.

No visualiza a personajes relevantes en 2011; menos a políticos verdaderamente involucrados con la problemática nacional, que tomen decisiones torales en función de un proyecto de futuro. “El grueso de los políticos está simplemente interesado en afianzar sus intereses personales o de grupo, y a lo más el interés de su partido”, afirma Meyer.

De los tres principales partidos, Meyer dice que el PRI sigue siendo un partido anclado en el pasado, y que pese a contar con personajes relativamente jóvenes como Humberto Moreira, no hay nadie que rompa el molde de antaño.

“El PRI es un partido que no cambio, pasó por un trauma enorme a la hora que le quitaron el poder y lo han obligado a competir. Incluso hace tiempo que perdió ideología y sus intereses no necesariamente son los del país”, expone.

El PAN demostró que le quedó “grandísimo el traje”, y que es incapaz de hacer realidad el proyecto que como oposición pregonó desde 1939: la democracia política, la honestidad, la congruencia. “Llegó al poder y no pudo agarrar ningún pez gordo, no tuvo la decisión de ir a fondo a la transformación política del país desde la derecha democrática, donde el combate a la corrupción, el apego al estado de derecho, era su esencia”.

Del PRD, dice que se encuentra dividido permanentemente; tiene una parte burocrática que vive de los recursos del IFE y subsidios, y otra, la de Andrés Manuel López Obrador, que ha logrado construir, afirma, una base social.

Para Crespo, 2011 estará monopolizado por lo electoral, aunque atribuye mayor relevancia a la que se realizará en el Estado de México, “sobre todo porque su gobernador es precandidato favorito (a la Presidencia), y depende de lo que ahí pase podría influir en alguna medida lo que ocurra en 2012 en la elección presidencial”. Sobre el futuro del país, no se dice nada: todo tiene un calce hasta 2012. Opina que no hay que perder de vista lo que pase en los partidos, sobre los precandidatos o candidatos presidenciales, ya que algunos de ellos se definirán en este año.

Especial atención deberá tenerse en el PRD, sobre la elección de su candidato, en disputa entre Marcelo Ebrard y López Obrador. En el PRI se podría consolidar Peña Nieto, y en el PAN todo está por verse. “Pero todo eso habrá avanzado y se habrá definido este mismo año”.

Alberto Aziz opina que la perspectiva política de 2011 tiene que ver fundamentalmente con los procesos electorales, que serán la antesala de la sucesión presidencial, y que la visión de la política no va más allá de la lucha por Los Pinos en 2012.

“Creo que la perspectiva de los diferentes partidos está concentrada en la elección de sus precandidatos o candidatos y en sus estrategias para posicionarse rumbo al 2012, no más”, dice.

Meyer, Crespo y Aziz creen que uno de los aspectos trascendentes en 2011 será lo que se trabaje en Congreso, sobre todo en materia de reforma política, aunque son escépticos de que algo suceda, por el ambiente de vorágine electoral.

Sobre los partidos, Aziz comenta que en el PRI es más difícil una división que afecte su selección de candidatos, como sucedió en 2005 y 2006. Caso contrario, dice, es el PRD, donde saben que por supervivencia deberán acordar una serie de relevos importantes, como la salida tranquila de Jesús Ortega y la elección de su relevo. Sobre el PAN, no ve conflictos, luego de que resolvió la elección de su nueva directiva.

Agencia El Universal