La visita a Grecia de la canciller de Alemania Angela Merkel, que comenzó minutos después del mediodía de éste martes, se está viendo protagonizada por las protestas. Pese a que fueron prohibidas las manifestaciones en la mayoría de las zonas céntricas de la capital y en las proximidades del aeropuerto, miles de personas salieron a la calle y algunas decenas de ellos se han enfrentado a la policía, que ha tenido que utilizar gases lacrimógenos.
La canciller dijo que «cada día se están dando progresos en la gestión de estas difíciles tareas» y advirtió de que «si no resolvemos los problemas ahora, volverán a aparecer más adelante de forma más dramática», según lo publicó el diario español El País.
La policía cerró las inmediaciones de la Embajada alemana. El distrito gubernamental de Atenas lleva desde la mañana bloqueado por los cuerpos de seguridad, lo mismo que seis estaciones de metro y dos colegios en el centro de la ciudad. Las espectaculares medidas de seguridad cuentan con unos 7.000 agentes policiales.
Es la primera visita de Merkel desde que empezó la crisis griega hace dos años y medio. Muchos griegos identifican a Merkel con las políticas draconianas de austeridad y recortes impuestos por los acreedores de Grecia (Europa, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo). La canciller aseguró que no ha acudido a Grecia «como una profesora para hacer un examen» sino como socia para expresar su apoyo a un país que atraviesa un «camino difícil».
Partidos y organizaciones diversas, tanto de derecha como de izquierda, han convocado a realizar protestas por la visita.
Merkel subrayó, tras reunirse con el primer ministro griego Andonis Samarás: «Hemos coincidido en que, además de las medidas de ahorro y las reformas estruturales, debe llegar también un impulso para el crecimiento». Samarás declaró que a la canciller le ha explicado que «el pueblo griego sufre y que no pide más dinero, sino un poco de oxígeno».
Para intentar calmar los ánimos antes de su vuelo a Grecia, Merkel ha dicho estos días que “hay que encontrar el tono correcto para insuflar valor a otros para que logren cumplir sus tareas”. El lunes por la tarde, los ministros de Hacienda de la Eurozona pidieron a Grecia que se apresure en aplicar las reformas pendientes antes del próximo 18 de octubre. La jefa del FMI, Christine Lagarde, también advirtió al Gobierno griego, Antonis Samaras, de que “actuar es actuar, no hablar”. Pese a las protestas y al ambiente de tensión, se considera que la visita de Merkel ratifica la voluntad alemana de mantener a Grecia entre los socios del euro.
La canciller dijo esperar “conversaciones muy constructivas y amistosas” con su homólogo griego Antonis Samaras. Sin embargo, también recordó que Grecia y sus acreedores “han alcanzado acuerdos y ahora se trata de su cumplimiento”. El Gobierno alemán insiste en que la visita de Merkel no va acompañada de ofertas económicas que les permitan suavizar la agenda de ajustes pactada a cambio de los dos rescates concedidos desde que empezó la crisis.
Samaras, por su parte, dijo al periódico sensacionalista alemán Bild que la visita de Merkel abrirá un nuevo capítulo de las relaciones entre ambos estados. Cree que es una apuesta a favor de su país, “que va a conseguir” salir de la crisis actual y permanecer dentro de la Eurozona.