PGR exonera a Moreira por la deuda de Coahuila

* Cordero no ratifica porque pudo ser responsable
* El veneno contra Calderón y su hermano Rubén

Lo atacaron con el poder del Estado.

Era el enemigo a vencer y lo utilizaron como misil contra Enrique Peña Nieto.

Lo colocaron como lo peor del PRI y obligaron a su destitución como presidente de ese organismo político.

Querían, y lo lograron parcialmente con campañas bien orquestadas de octubre a diciembre de 2011 , apear en las intenciones del voto al candidato presidencial del PRI.

Cuando estaban minados los afectos partidistas y peñistas, debió renunciar e irse, para ceder su posición a Pedro Joaquín Coldwell.

Se fue, pero su salida del PRI no frenó la embestida y siguió como prototipo de la corrupción, de la mala administración, del endeudamiento irresponsable, del condicionamiento de Coahuila a costa de una sociedad sacrificada.

Hoy Humberto Moreira Valdés ha dejado de ser lo peor del PRI, el instituto político odiado por el panista Felipe Calderón y al cual está obligado a entregar la banda presidencial el 1 de diciembre.

Inclusive para algún sector de la población, Moreira Valdés es víctima de la guerra mal implementada por el gobierno calderonista contra el narcotráfico y el crimen organizado.

El crimen de José Eduardo Moreira Ramírez ha posibilitado a su padre la reaparición política.

Pero para esta historia esa casualidad no tiene tanta influencia.

ERNESTO CORDERO NO RATIFICO SU DENUNCIA

Por coincidencias de la vida, Humberto Moreira llamó a su hijo José Eduardo un cuarto de hora antes de ser secuestrado.

Quedaron de verse al día siguiente.

El ex gobernador de Coahuila y ex dirigente nacional del PRI le tenía una primicia: pensaba mostrarle el documento de exoneración de la PGR como posible responsable del endeudamiento del gobierno de su estado.

Eso y algo más: no hay pruebas en contra suya en documentos supuestamente falsificados para obtener recursos muy superiores a los autorizados por el Congreso de Coahuila.

Para darse este resultado, debe destacarse un dato: el ex secretario de Hacienda y actual coordinador de la fracción panista en el Senado de la República, Ernesto Cordero, no ratificó la acusación hecha con abuso mediático en contra de Moreira.

Este dato se presta para la sospecha, pues se trataría sólo de un golpeteo espectacular y sin sustento.

Luego le digo por qué.

De confirmarse estos oficios, todo quedaría la descubierto:

1.- La patraña encabezada por el entonces secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, para hacer a un lado a un presidente priísta exitoso en todas las elecciones bajo su mando, la última de las cuales fue Michoacán.

2.- La falta de argumentos para desacreditarlo políticamente.

Y 3.- la injusticia cuando en diciembre Enrique Peña Nieto decidió relevarlo al frente del PRI porque lo había tumbado casi ocho puntos en las preferencias electorales.

En otras palabras, se exhibirá el uso del poder del gobierno federal para atacar a quien sabía operar, conducir y ganar elecciones.

Si lo hizo en todas las campañas electorales exitosas manejadas por él –de manera sobresaliente el estado de México con Eruviel Avila y Nayarit con Roberto Sandoval-, era una amenaza al panismo en la presidencial de 2012.

LAS MALAS ESTRATEGIAS DE FELIPE Y DE RUBEN

Liberado de cargos, Humberto Moreira pronto será actor político.

Ha prometido hablar a mediados de septiembre sobre varias cosas.

Aquí se adelantan tres temas:

1.- La deuda pública de Coahuila.

2.- Cómo llegó y salió del PRI.

Y 3.- las condiciones del narco y el crimen organizado en su estado.

Nada mal para aclarar el panorama político, pero hay riesgos.

Uno: referirse a la deuda es terrible porque su hermano Rubén Moreira todavía está en las renegociaciones y cualquier información le pega.

Dos: difundir cuáles fueron las negociaciones para presidir el PRI y cuáles para salir afectarán al presidente electo Enrique Peña Nieto, quien asumirá el poder el 1 de diciembre próximo.

Y tres: revivir el crimen de su hijo lo llevará a precisar cómo su hermano Rubén cambió el esquema de seguridad pública en el estado, pues quitó a los militares llevados por Humberto para encomendar la fuerza pública a civiles, uno de cuyos mandos entregó a su hijo José Eduardo Moreira Ramírez a los criminales para su ejecución.

¿A quién pega lo último?

A dos personajes: al gobernador Rubén Moreira y al presidente Felipe Calderón por sus malas estrategias de seguridad.

Por ahí viene la historia, pero esperemos a los hechos.