Cordera…Monsiváis no me fascinaba me abrumaba con su talento

Al participar en la mesa de reflexión El futuro bajo la lupa de Carlos Monsiváis, presentada como parte del homenaje organizado por las Salas de Lectura de la Dirección General de Publicaciones del Conaculta y el Museo del Estanquillo, Rolando Cordera, Javier Aranda Luna y Deborah Holtz, subrayaron la cualidad de los libros del escritor mexicano para seguir llegando a los jóvenes.

En la terraza del museo, donde numerosos admiradores y amigos de Carlos Monsiváis se dieron cita y sortearon la lluvia para recordarlo, Rolando Cordera destacó la enorme capacidad de Monsiváis para ser muy libresco, pero al mismo tiempo transmitir con facilidad, sencillez, amenidad y gran sentido del humor su “culto por la cultura” y transformar todo eso en una asombrosa evaluación crítica, filosófica y humanística de la sociedad de su tiempo.

“Carlos Monsiváis y yo fuimos amigos por muchos años. Y la verdad no me fascinaba, sino que me abrumaba con esa capacidad tan especial para explicar las cosas de nuestro país desde una perspectiva social y cultural de enorme riqueza. Y esa era una de las grandes cualidades de Carlos”, refirió Rolando Cordera.

El analista político recordó que cuando surgía una noticia especial o había un gran acontecimiento en el país, todos esperaban el punto de vista de Carlos Monsiváis, pues se sabía que no iba a ser una opinión superficial ni caricaturesca, sino proveniente de un enorme compromiso con la razón critica, pero eso sí, sin abandonar el sentido del humor, una opinión absolutamente ilustrativa de “todas las capas geológicas de la historia, los cambios, las sociedades y las experiencias”.

“Si los jóvenes continúan buscando a Monsiváis a tres años de su desaparición, es porque intuyen el compromiso con toda la cultura, con la razón crítica y lo contemporáneo. Los jóvenes continúan intuyéndolo aun cuando requieren leerlo y releerlo para capturar la infinita profundidad de su esencia”.

Déborah Holtz dijo que Carlos Monsiváis es uno de esos pocos personajes que defendió a la baja cultura con la alta cultura, porque no aplicaba nunca una distinción entre la baja y la alta cultura.

“Llevaba de un lado hacia otro toda la sabiduría que él tenía sobre un tipo de cultura que implicaba acercar de manera asombrosa ambas fortalezas. Y para eso, Monsiváis era un genio. Y yo creo que eso fue lo que lo convirtió en un ídolo popular que supo hablarle al tú por tú a la gente”.

Deborah Holtz aseguró que México para Monsiváis fue la pasión y la razón de ser, porque así como no se puede explicar a Nueva York sin Woody Allen, no se puede explicar a la ciudad de México sin Monsiváis.

“Porque lo que le daba alimento y vida diaria era México. Un México que iniciaba con los 18 periódicos que leía diariamente por la mañana. Y al estudiar de una manera tan clara el presente, resultaba toda una revelación arrolladora la historia que nos antecedía. Y todo ello visto así desde su gran fuerza óptica era lo que él nos entregaba todos los días a manera de una incomparable y muy clara lección”.

Javier Aranda Luna coincidió en que los jóvenes quisieron a Carlos Monsiváis y continúan queriéndolo, porque jamás tuvieron que levantar la cabeza para verlo desde el piso de abajo, sino que él siempre llegó a sus espacios a platicar con ellos y disipar sus dudas.

“Logró que las acciones comunicantes entre ellos y él fueran de tú a tú porque él lo logró plenamente, buscó siempre el tú a tú”.

Respecto a sus crónicas tanto en libros como en diversas publicaciones, Aranda Luna dijo que siempre fueron muy vivas, porque en ellas el hoy y el ayer se fundían admirablemente.

“Y por eso los lectores de Monsiváis logramos siempre entender el hoy a partir del ayer y el ayer a juzgar por las consecuencias del hoy. Además, la realidad la entregaba desde los más diversos ángulos y de una manera muy rica e incentivante.

Y concluyó: “Otro aspecto de su personalidad era el de encontrárnoslo tranquilamente en la calle. No era difícil convivir con él en el Metro, logrando con ello que todos pensáramos que un personaje tan importante viaja como habla y respira como nosotros”.