Zoon Politikon – La cereza del pastel

“La envidia es una declaración de inferioridad.”
Napoleón Bonaparte

Querétaro, Qro. – Al parecer, emanado del proceso electoral del 2009 en la entidad, el Partido Acción Nacional no ha sabido asimilar su derrota y, es que a tan sólo un año y medio de efectuados dichos comicios, los queretanos han sido testigos de un rompimiento, cada vez más notorio, entre los diversos grupos al interior del albiazul, particularmente los denominados “neos” y “duros”, que los conduce por una desafortunada espiral cuesta abajo la cual será muy difícil superar.

Por una parte, hemos sido testigos de un disminuido Ricardo Anaya, Presidente del Partido en cuestión que, en su empeño por posicionar a sus aliados ha tratado a toda costa de que estos ocupen los principales espacios para las candidaturas y, por otra parte, vemos a un antagosnista Presidente Municipal capitalino que ejerce enorme influencia al interior del partido, aunque sea desde la gris agrupación de Acción Juvenil, a la que a la fecha no se le ha conocido un desempeño destacado.

Por si ello no bastara, la fractura ha sido mayúscula al establecer rivalidades internas en la Legislatura Local, en donde la lógica nos dicta que el partido de oposición tiene que “cerrar filas” para fortalecerse y transformarse en un grupo consolidado al momento de las votaciones en pleno, así pues, habría que “mayoritear” en lugar de dividir, sin embargo ha sucedido todo lo contario; recordemos cuando el Diputado Marcos Aguilar quiso hacer valer un acuerdo previo que se tenía al interior del Partido para que él asumiera la coordinación de su grupo parlamentario y, al presidente Anaya, “se le olvidó” y, como dirían en el argot político, “lo bajó del caballo” para “subir” a uno de los suyos al ver que Marcos traía “patas de gallo”, lo cual generó una vez más el distanciamiento entre las “camarillas” del partido albiazul que, sin duda, más adelante se pasarán factura de lo ahí sucedido, ya que en la política todo se cobra.

Lo anterior, se comenzaba a ver distante y, aunque con un alto costo político que los ubicaba, hasta entonces, con enorme desventaja en las encuestas de preferencia electoral respecto al Revolucionario Institucional, llegó LA CEREZA DEL PASTEL, cuando el pasado jueves el Presidente Municipal de Cadereyta, Antonio Pérez Barrera, tomó la decisión de renunciar al PAN, ello, sin lugar a dudas afectó irremediablemente la, ya de por sí, deteriorada imagen de este partido y, a pesar de que el edil no se suma a ninguna otra fuerza política en la entidad, se le ha visto cerca de los más rojos del priísmo queretano; se sume o no a otra bancada, el desgaste ya se dio y en el horizonte no se vislumbra por dónde se pueda revertir esto. Imaginemos que pasara lo mismo en otra parte de la República, por ejemplo en el Estado de México, que un Presidente Municipal priísta renunciara a su partido, ¿qué cree Usted que pasaría? Está muy claro.

Por lo anterior, es evidente que algún alto mando de Acción Nacional se equivocó de todas a todas y, su falta de atención y sensibilidad política con el Presidente de Cadereyta tuvo un final catastrófico; no es cosa menor que alguien que consigue ocupar un cargo tan importante, a través de una elección popular, renuncie a su militancia política la cual lo acompañó durante el proceso electoral. Seguramente habrá desencanto entre los habitantes de Cadereyta y, mientras en el PAN se percibe un ambiente de luto, los rojos en el estado están de fiesta.

PAUL OSPITAL CARRERA

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