Un equipo arqueológico polaco-peruano ha realizado un descubrimiento excepcional: la primera tumba imperial de la cultura huari (o wari) que no ha sido saqueada.
El hallazgo, anunciado por National Geographic, se produjo el pasado mes de septiembre en el Castillo de Huarmey, un mausoleo de forma piramidal situado casi a 300 kilómetros al norte de Lima, junto a la costa del Pacífico, en Perú. Este centro funerario de la cultura huari, una civilización precolombina y preincaica, tiene alrededor de 1.200 años de antigüedad.
En su interior se ha descubierto un magnífico tesoro completamente intacto compuesto por más de 1.000 piezas elaboradas en oro, plata o cobre: orejeras, collares, pectorales, alfileres, anillos, cuchillos, hachas, puntas de lanza, sonajeros, telares, husos, cucharas y recipientes para hojas de coca, entre otros objetos, que han aparecido junto a los cuerpos de tres reinas huari y otros sesenta individuos, algunos de los cuales probablemente formaron parte de un sacrificio humano.
Una civilización desconocida.
Para el equipo de arqueólogos, liderado por Milosz Giersz, de la Universidad de Varsovia, y codirigido por Roberto Pimentel Nita, de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PCUP), se trata de un hallazgo «asombroso» y «fabuloso», que podría arrojar luz sobre la desconocida civilización que forjó el imperio más antiguo de América del Sur, entre 700 y 1000 d.C., varios siglos antes que el Tahuantinsuyo o Imperio inca.
El proyecto de investigación en el Castillo de Huarmey, que se prolongará durante ocho o diez años y que aún deparará más sorpresas, está respaldado por la Global Exploration Fund y la Expeditions Council, ambas de la National Geographic Society. «El fenómeno huari puede ser comparado al reinado de Alejandro Magno», afirma Krzysztof Makowski Hanula, arqueólogo polaco de la PCUP, en el artículo de National Geographic. «Es un fenómeno histórico breve pero de grandes consecuencias», añade.