•Revisan cambio de mandos y política en seguridad
•Los generales Angeles Dahuare y Roberto Miranda
•La lectura equivocada y el enojo de Leonel Godoy
Las políticas seguridad pública han entrado a revisión.
Es el mayor examen impulsado durante el presente gobierno para saber cómo marcha en todos los ámbitos, en la prevención y el combate del delito, en zonas tradicionalmente críticas y en regiones con relativa paz.
En el panorama entran todos los aspectos, desde la coordinación con estados y municipios, la revisión de protocolos, la instrumentación de mandos únicos estatales y por supuesto el estado de las fuerzas federales.
Debe haber nueva información, sobre todo a raíz de los ataques directos en Michoacán a elementos de varias corporaciones y a mandos importantes de alguna corporación, como el atentado dominical al jefe de la Octava Zona Militar, Carlos Miguel Salazar Ramonete, su escolta y su familia.
Los hechos son interpretados bajo dos ópticas: Los Caballeros Templarios y demás organizaciones insubordinadas se sienten con capacidad humana y armamentista para enfrentar a la fuerza pública del Estado y, dos, se han filtrado a la delincuencia la estrategia y la movilización de fuerzas gubernamentales.
Dos cuerpos están en el centro del debate, la Policía Federal y la Gendarmería Nacional, ambos dependientes del comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb.
En las dos puede haber noticias.
UNA GENDARMERIA CON DESTINO MILITAR
A algunos altos funcionarios les sorprende la formación del comisionado nacional de Seguridad.
Manuel Mondragón y Kalb, narran con asombro, es médico marino y no CG (Cuerpo General), argot con el cual se describe a los egresados de la Heroica Escuela Naval Militar y formados para el combate.
En él puso su confianza en diciembre el presidente Enrique Peña, aunque luego lo subordinó al secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, y ha reiterado a éste el respaldo para tomar decisiones y hacer rectificaciones.
No ha habido un trato tan terso entre ambos.
Más bien conviven con diferencias.
La principal de ellas se dio cuando la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) bloqueó la autopista México-Acapulco a la altura de Chilpancingo y causó destrozos en edificios públicos y de partidos políticos.
La Policía Federal, y en especial Mondragón, se declaró dispuesta a intervenir; el secretario Osorio Chong y su subsecretario Luis Enrique Miranda optaron por el diálogo, para lo cual abrieron las puertas de la Secretaría de gobernación (Segob) a los maestros disidentes.
Hoy, a reserva de dar forma a la Gendarmería Nacional –o acaso para apresurar su desarrollo- se mencionan a expertos en seguridad para ocupar cargos relevantes.
Los más citados son conocidos y de formación castrense.
El principal es el general Tomás Angeles Dahuare, a quien se encarceló en el gobierno de Felipe Calderón y por narcotráfico y supuestos nexos con el crimen organizado a partir de testigos protegidos avalados por la ex procuradora Marisela Morales.
Recién fue liberado y de inmediato rehabilitado por el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos.
Es el principio de nuevas encomiendas, dicen en el Ejército y en el gobierno federal.
Otro es el general Roberto Miranda, jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP) con Ernesto Zedillo.
LECTURA EQUIVOCADA DE LEONEL GODOY
Leonel Godoy manda una protesta furibunda donde habla de su familia, su vida, sus hijos y su trayectoria política.
Opone esos datos porque en esta columna, interpreta él, se le hicieron señalamientos injuriosos y se le da trato de “vulgar delincuente”.
Nada de eso.
El viernes reprodujimos una declaración del gobernador constitucional de Michoacán, Fausto Vallejo, donde habló de 43 mil millones de pesos en deuda estatal y de investigaciones a la administración de Godoy, indagatoria hoy sin rumbo fijo.
Todavía ésa y otras cifras están bajo revisión.
En círculos de inteligencia, informamos también, reproducen amagos suyos de huir a la sierra si se libra orden de aprehensión en su contra.
Información pública una y confirmada la otra, pero ninguna injuria ni acusación para el ex gobernador de Michoacán.
Aquí no se ha calificado a Godoy y sobre su actuación gubernativa el mejor sinodal fue el voto de los michoacanos en 2011, adverso a su partido y al ex candidato perredista Silvano Aureoles.