En febrero de 1972, Paul McCartney lanzó una canción con su nueva banda Wings que generó una gran controversia y que rápidamente fue vetada por ser considerada «inadecuada para su difusión» -según nota de BBC Mundo-.
Give Ireland Back to the Irish («Devuélvanle Irlanda a los irlandeses») fue la reacción de McCartney a los eventos del día conocido como Domingo Sangriento, en el que 13 manifestantes fueron asesinados por la policía británica en Irlanda del Norte y otro murió por las heridas en el hospital.
Muchos se sorprendieron de que el ex-Beatle entrara en el debate político. Hasta ese entonces había evitado el activismo y era considerado un amable criador de ovejas.
Algunas personas desestimaron la iniciativa por considerarla un intento cínico del McCartney por hacerle resistencia a su débil carrera después de los Beatles.
Las razones de McCartney.
Sin embargo, el presentador inglés Stuart Moconie, quien estuvo discutiendo sobre Give Ireland Back to the Irish en el programa The People’s song de la Radio 2 de la BBC, cree que fue una respuesta natural a los eventos en Irlanda del Norte.
«Yo pienso que al igual que mucha gente, él simplemente se horrorizó con el Domingo Sangriento», aseguró Maconie. «Y como un hijo de la inmensa diáspora irlandesa en el noroeste de Reino Unido, lo sintió de una forma aún más profunda», agregó.
«Yo no creo que estuviera tratando de jugar a ser Lennon. Pienso que fue totalmente sincero y que fue una jugada valiente».
Su excompañero de los Beatles John Lennon, quien tenía raíces irlandesas, era muy activo políticamente y participó en una protesta contra la presencia británica en Irlanda del Norte en Nueva York.
Eamonn McCann, un veterano periodista y activista político de Londonderry, consideró que, si bien McCartney tenía razones genuinas para escribir la canción, la «cuestión irlandesa» era bastante conveniente para darles publicidad a los músicos.
«La causa de Irlanda ha estado siempre flotando en la ‘izquierda de moda’ británica, dijo McCann. «Era fácil involucrarse con la cuestión irlandesa. Representaba una línea de pensamiento progresista en Reino Unido en esa época».
Tiempo después, McCartney compartió con el historiador de los Beatles Marcos Lewisohn el sentimiento de indignación que sentía por el Domingo Sangriento.
«Desde nuestro punto de vista, fue la primera vez que la gente cuestionaba lo que estábamos haciendo en Irlanda. Fue muy impactante. Escribí Give Ireland Back to the Irish, la grabamos e inmediatamente recibí una llamada del presidente de EMI, Joseph Lockwood, explicando que la canción no se haría pública. Él pensaba que era demasiado incendiaria; yo le dije que tenía sentimiento muy fuerte por la canción, así que tuvieron que lanzarla», dijo el ex-Beatle.
El impacto del tema.
La canción fue vetada en Reino Unido por la BBC, Radio Luxemburgo y la Autoridad de Televisión Independiente.
Alan Freeman, famoso presentador y programador musical de la BBC, se negó a mencionar su nombre al aire. El ránking de éxitos de la Radio 1 de la BBC se refirió a ella sólo como «una canción del grupo llamado Wings».
A pesar de ello, el tema alcanzó el número 16 en los listados de Reino Unido y el 21 en EE.UU. Llegó, además, al primer puesto en la República de Irlanda y también, sorpresivamente, en España.
McCartney explicó luego el éxito en España: «Estoy muy orgulloso de que les gustara tanto a los separatistas vascos».
Las dos canciones «irlandesas» que John Lennon lanzó ese mismo año, Sunday Bloody Sunday y Luck of the Irish, pasaron inadvertidas. Fue la de McCartney la que causó la tormenta.
Stuart Bailie, periodista musical de la Radio Ulster de la BBC, opina que el hecho de que la canción fuera vetada ayudó.
«La censura le dio más prestigio, porque en mi opinión era una canción mala con una letra débil».
Eamon McCann sintió que el tema fue bien recibido por los nacionalistas en Londonderry, pero se mostró escéptico sobre su impacto en el largo plazo.
«Los nacionalistas se alegraban por cualquier expresión de apoyo y solidaridad, ya que era bueno para la moral. Pero fue, sin duda, la canción más trivial de McCartney.
No se puede comparar con temas de protesta clásicos como Only a Pawn in Their Game, de Bob Dylan. No creo que haya cambiado en absoluto la trayectoria de los hechos», completó.
McCartney formó Wings con su esposa Linda en 1971. Un miembro de la banda, el guitarrista Henry McCullough, era de Irlanda del Norte. Según el periodista Stuart Bailie, McCullough no celebró mucho la canción.
«Hablé con Henry sobre la canción y estaba un poco avergonzado y desilusionado por ella», aseguró Bailie.
¿Mezclar la música y la política?.
Stuart Maconie está convencido de que los músicos deben involucrarse en política.
«Son artistas y es el deber de los artistas comprometerse con todas las esferas de los asuntos humanos. A veces lo hacen de manera ridícula, pero en ocasiones alcanzan a capturar las complejidades y la pasión de una causa mucho mejor que los políticos», opinó.
Bailie también dijo que la historia ha demostrado que prohibir las canciones es contraproducente: «Es imposible detener el interés del público, especialmente en estos días con YouTube».
«Cuando Relax de Frankie Goes to Hollywood fue vetada por la BBC, sólo logró que el tema se volviera más atractivo».
Algo similar ocurrió en abril de 2013, con la canción de 1939 Ding Dong the Witch is Dead del Mago de Oz. Alcanzó el número dos en la lista de éxitos tras la muerte de la exprimera ministra británica Margaret Thatcher.
¿Más protestas de Paul McCartney?
Algunas personas pensaron que el siguiente sencillo de McCartney, Mary Had a Little Lamb, fue un intento por incomodar a las emisoras de radio por haber vetado Give Ireland Back to the Irish, pero el músico lo negó.
Cuatro décadas después de esta polémica canción, el activismo político de McCartney se ha limitado a expresar su pasión por los animales y el vegetarismo.
Fue otro músico el que hizo una intervención histórica buscando la paz en Irlanda del Norte, que todavía es recordada con afecto.
Mientras Irlanda del Norte se acercaba al fin del conflicto en 1998, Bono, vocalista de la banda U2, subió al escenario a los líderes políticos de los dos bandos en un concierto para promover el voto al «sí» en el Acuerdo del Viernes Santo que selló la paz en ese país. La imagen se ha convertido en un emblema de la paz.
McCartney, en cambio, se ha vuelto una figura del establishment. Fue condecorado con el título de caballero y cerró el concierto del Jubileo de Diamante de la reina Isabel II, en junio de 2012.
Give Ireland Back to the Irish representa una anomalía, aunque sin duda notable en la carrera de este veterano de la música británica.