La mezzosoprano Oralia Domínguez (San Luis Potosí, 25 de octubre, 1925 – Milán, Italia, 25 de noviembre, 2013), una de las voces más relevantes de la ópera del siglo XX falleció el pasado lunes a los 88 años.
Por casi 25 años, cantó en los más grandes teatros del mundo, compartiendo escenario con personajes de la talla de María Callas, Mario Mónaco y Giuseppe di Stefano y con los más importantes directores como Solti, Herbert von Karajan, Maazel y Bernstein.
Oralia Domínguez estudió en el Conservatorio Nacional de Música y fue en 1945 cuando debutó en el Palacio de Bellas Artes en el papel del músico de Manon Lescaut de Puccini. En 1951, participó como Amneris, en las funciones de Aída, de Verdi, temporada en la que María Callas emitió el famoso Mi bemol, no escrito por Verdi, al final del segundo acto.
En 1953, Oralia Domínguez realizó su debut en la sala de ópera más importante del mundo, la Scala de Milán, en el papel de la Princesa de Bouillon en Adriana Lecouver, de Francesco Cilea. Fue en 1960, cuando la mezzosoprano se despidió de La Scala y pasarían más de 50 años, para que otra mexicana, María Alejandres, regresara a escenario, en 2011, con Romeo y Julieta.
La mezzosoprano también actuó en el Covent Garden de Londres, en el Festival de Glyndebourne y el Teatro Colón de Buenos Aires, además, perteneció al elenco estable de Glyndebourne y de la Opera del Rin en Düsseldorf.
Oralia Domínguez se retiró en 1982, con su última actuación en el Palacio de Bellas Artes en la Misa de Réquiem de Verdi.
Los restos de Oralia Domínguez, permanecerán en Milán, según informó a través de las redes sociales, su sobrina Laura Domínguez