La película mexicana-española La jaula de oro, del director español, nacido en Burgos, Diego Quemada-Díez, ha conseguido a la par de sus premios internacionales y alabanzas de la crítica, uno de los más grandes reconocimientos para una producción latinoamericana, el ser distribuida en Francia con 56 copias, el más alto número para una cinta mexicana desde Amores perros, de Alejandro González Iñárritu.
El filme, realizado con actores no profesionales, retrata el viacrucis de un grupo de jóvenes para seguir la ruta de migración hacia los Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. La producción contó con el apoyo de Conaculta, a través de Imcine y Eficine.
Recientemente, el director y sus protagonistas pudieron convivir en París con más de 600 colegiales franceses, quienes presenciaron una proyección del filme y compartieron sus impresiones sobre el tema de la inmigración ilegal.
El director manifestó su emoción por el reconocimiento en Francia, así como por la distribución de la cinta que reúne a los jóvenes guatemaltecos Karen Martínez y Brandon López, y al mexicano Rodolfo Domínguez, quienes fueron seleccionados entre 6 mil jóvenes de Chiapas y Guatemala, y compartieron el premio de interpretación de la sección oficial Una Cierta Mirada en el Festival Internacional de Cine de Cannes 2013.
En el cine del barrio parisino de Passy donde fue proyectada la función, los actores manifestaron su emoción ante el público francés, en especial Rodolfo Domínguez, de la comunidad Tzotzil, quien está aprendiendo a hablar español y cuya aparición en el filme fue motivo de gran celebración para la crítica internacional que ya ha otorgado un total de 33 reconocimientos al filme.
El director español de 44 años dijo que para mantener el realismo en las interpretaciones de los muchachos no les contó mucho del argumento para seguirlos cámara en mano en diversas locaciones y situaciones que dan cuenta del difícil tránsito y la incertidumbre que vive un migrante latinoamericano que se aventura rumbo a los Estados Unidos.
“En la película no actué, era yo”, dijo Brandon López, quien aseguró que los diálogos eran sus propias palabras, su lenguaje. “No cambié la forma de ser en nada, salvo que ahora estoy un poco más creído», bromeó.
A su vez, Karen Martínez agradeció el no conocer nada del guión desde el inicio del rodaje. “Lo íbamos conociendo poco a poco. Cada dos días estábamos en un lugar distinto, hubo como 120 locaciones, fue una locura”, agregó la joven guatemalteca, quien en la cinta interpreta a una muchacha que se disfraza de varón durante la travesía en busca del llamado sueño americano”.
Diego Quemada-Diez confesó que parte del filme fue inspirado al viajar por Los Angeles y ver la difícil situación que viven muchas familias de migrantes e incluso de contemplar el mal trato que experimentan muchos jóvenes.
“Quería plasmar todo eso en un filme que también combinara lo documental. Estamos muy felices con los resultados, pero sobre todo, de haber podido expresar algo fuera de las fórmulas del cine industrial”, afirmó el cineasta, quien añadió estar preparando una nueva película donde también combinará la ficción y el documental”, expresó.