El recién nombrado titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Morelos, Alberto Capella aseguró que a pesar de que el secuestro es un delito que ha ido a la alza en la entidad, ve un escenario esperanzador debido a la fuerte coordinación que existe con los cuerpos de inteligencia y seguridad federales.
«Yo veo un escenario esperanzador en esta entidad, porque precisamente este apoyo tan importante que se está teniendo del Gobierno Federal a través del Ejército, de la Policía Federal, del Cisen, es lo que he logrado yo percibir en las últimas 48 horas», dijo a unas horas de haber asumido el nuevo cargo.
El funcionario, surgido de la sociedad civil, ya había ocupado el mismo cargo, pero en el municipio de Tijuana en donde fueron polémicos sus métodos de combate a la inseguridad, pero con resultados contundentes. Dijo que analiza, desde hace algunas semanas, las estadísticas, la incidencia, la situación reportada por los medios de comunicación y platicando, particularmente con los elementos policíacos, lo que se percibe en las calles.
Refirió que de acuerdo a su experiencia en Tijuana, se trata de un trabajo en equipo, ya que «no se le puede endosar o acreditar el crédito a una sola persona o a una sola institución, hay una enorme capacidad para generar ese proceso de coordinación tan indispensable con los tres órdenes de gobierno, fue verdaderamente la clave y es precisamente lo que ha ordenado el gobernador», Graco Ramírez.
Y recordó que cuando asumió la Secretaría de Seguridad Pública municipal en Tijuana, no había esa coordinación y «aquí hay esa situación y ese avance que ha tenido el gobernador en estos 15 meses, que de alguna forma nos obliga a dar resultados más rápidos y esa capacidad y ese cuadro político tan importante con el Gobierno Federal y ese respaldo, debe ser clave para resolver este flagelo tan grave del secuestro, que es lo que más está lacerando a familias morelenses en este momento».
Sin embargo, reconoció que hacer un diagnóstico ha sido un proceso difícil por lo que se ha vivido en la entidad, pero reiteró que una de las banderas principales que enarboló en Tijuana, fue la dignificación de los policías. Dijo que esa mística consistía «precisamente en devolverles el respeto, el reconocimiento y el agradecimiento social que en algunos casos nunca habían tenido, y que finalmente era contrapeso positivo que estaban buscando, tratando de quitarles la búsqueda de esos contrapesos en el lado oscuro, que era precisamente el lado de la delincuencia».
Dijo que ha platicado con el primer cuadro de mandos, ya ha girado instrucciones precisas; «soy un personaje que desde la sociedad civil, lo que me motivó fue precisamente esta parte tan complicada de tantas historias dramáticas con este delito del secuestro, que verdaderamente es atroz y no solamente destruye la vida de la víctima, sino las familias completas».
Agradeció la confianza y la invitación del gobernador, Graco Ramírez porque «siempre he dicho que en los jefes policíacos el primer elemento importante que ocupamos y el 80 por ciento del éxito es precisamente el apoyo de tu jefe, de la autoridad política en este caso, y nosotros lo tenemos».
INF./GRUPO FÓRMULA
