En los afanes de atender hijos ajenos, la vida de una niñera discurre entre realidades opuestas y cariños interrumpidos; ocho de estas historias donde el afecto se convierte en materia de trabajo se narran desde la mirada de Patricia Aridjis en la exposición Arrullo para otros, que será inaugurada el 30 de enero en la Sala Nacho López de la Fototeca Nacional, en Pachuca, Hidalgo.
La fotógrafa explicó que el detonante para emprender este proyecto personal fue el cortometraje Lejos del 16°, parte de la película París, te amo. En la escena final, Ana, una joven migrante que trabaja como niñera, susurra una canción de cuna al bebé de su patrona, mientras su vista se pierde en dirección a la guardería donde ha tenido que dejar a su propio niño.
“De ahí surgió un poco el título del proyecto: Arrullo para otros. Es una situación muy fuerte que algunas mujeres deban dejar a sus hijos para cuidar a otros y que se pierdan de sus primeros pasos y palabras, mientras presencian el desarrollo de unos pequeños que no son suyos”.
La muestra organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), reúne 20 instantes que Patricia Aridjis logró capturar en los últimos años, siguiendo los pasos de estas féminas que a primera hora dejan sus humildes hogares para entregarse a los quehaceres en departamentos y casas alejados de su situación geográfica, económica y social.
De península a península, lo mismo en Mérida que en Mexicali, en una residencia con vista al mar de Acapulco, que en un departamento de la colonia Condesa del Distrito Federal, la artista aguardó el momento en que se expresaba la complicidad surgida entre las nanas y los infantes a su encargo, con una sonrisa o con la fatiga a cuestas.
“Son relaciones de afecto, no es un trabajo como cualquier otro, ambas partes establecen vínculos importantes por el trato constante, la compañía y el cuidado que ellas procuran a los menores en su aseo o llevándolos a sus talleres. Estos lazos se diluyen a veces de manera abrupta porque las niñeras tienen que irse”.
Después de ejercer durante 18 años el fotoperiodismo, registrando momentos cruciales en la historia contemporánea del país como el alzamiento en Chiapas o el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, Patricia Aridjis decidió arriesgarse como fotógrafa independiente manteniendo su compromiso social.
Durante siete años se acercó a las rejas interiores de mujeres presas y parte de esos testimonios visuales fueron recogidos en el libro Las horas negras. También se ha involucrado en temas medioambientales con el fotorreportaje La enfermedad, detrás de cada flor que denuncia los daños físicos de los floricultores de Villa Guerrero, Estado de México, por el uso de plaguicidas.
En el fondo de cada tema que ha decidido desarrollar está la exposición de una situación de marginalidad, de poco o nulo acceso a mejores condiciones de vida, así como de los afectos que se ven trastocados por estas mismas circunstancias. Arrullo para otros no es la excepción en su necesidad de mostrar mundos que han sido invisibilizados.
“El asunto de las trabajadoras domésticas tiene muchas vertientes, eso es lo rico y por eso lo quiero seguir desarrollando. Aunque el tema central es el cuidado que prodigan estas mujeres a los niños, dispara para varios lados; por una parte está una red de apoyo que se da entre mujeres trabajadoras, y por el otro los contrastes abismales que hay en México”.
“Hablamos de personajes que se mueven en ámbitos diametralmente opuestos: económico, social, de modo de ver la vida, de creencias religiosas, incluso de idioma. Las nanas van y vienen entre estos dos mundos que se enfrentan, se trata de madres solteras o que no tienen la solidaridad de sus parejas. Este trasfondo es quizá lo más importante en la lectura de mis imágenes”.
Arrullo para otros también representó su incursión en la fotografía digital. Antes del mismo, su trayectoria había transitado sólo por la cámara analógica reafirmando la fuerza de las escenas con el contraste del blanco y negro.
Con el apoyo del Sistema Nacional de Creadores, la fotodocumentalista continuará este proyecto pero ahora retratando a trabajadoras domésticas que han permanecido por décadas laborando para una misma familia, otra de las aristas de un tema que gira alrededor de “mujeres muy fuertes, muy trabajadores, con vidas duras también”.
La muestra podrá verse a partir del 30 de enero y hasta el 9 de marzo, de 10 a 18 horas, en la Sala Nacho López de la Fototeca Nacional, ex Convento de San Francisco, Casasola s/n, Colonia Centro, Pachuca de Soto, Hidalgo. Entrada libre.