A pesar de pactos, de discursos y eventos de oropel que enaltecen las virtudes del diálogo, de apretones de manos y abrazos perfectamente coreografiados, en los hechos seguimos viendo una clase política predispuesta contra el acuerdo sincero e incluso radicalmente atrincherada en ideologías.
Los espacios de encuentro que se han abierto han sido convertidos en oportunidades para chantajear al gobierno o para dar respiración artificial a partidos moribundos. Al igual que desde el inicio de nuestra historia como nación independiente, la tolerancia entre los diferentes, la concordancia de las ideas diversas y el fomento a la pluralidad siguen siendo los grandes pendientes de la república.
Justo contra esa actitud de egoísmo político Concertación Mexicana (CM) ha estado luchando desde su fundación, con un compromiso real y una apertura carente de ascos ideológicos.
En nuestra más reciente asamblea, concertadores provenientes de las 32 entidades del país decidimos avanzar por la ruta que más necesita México: la de los acuerdos. Tenemos la indeclinable convicción de ser la gran fuerza generadora de cohesión social en el país.
Aunque decidimos que ya no buscaremos que CM sea un partido nacional, nos dimos la tarea fundamental de forjar alianzas con partidos políticos para procesos electorales, sobre la base irrenunciable de un programa compartido, jamás de reparto de posiciones o de prebendas. Justo eso es lo que buscamos combatir.
Igualmente, establecimos la regla de no asociarnos irrestrictamente con partidos, sino con candidatos, eligiendo de manera personalizada a quien brindar nuestro apoyo.
Crearemos partidos estatales fieles a los principios de inclusión que definen nuestro proyecto, donde así lo consideren conveniente nuestras dirigencias locales. También promoveremos la participación de algunos de nuestros líderes como candidatos a cargos de elección popular bajo la figura de candidaturas independientes.
Otro objetivo clave de nuestro movimiento será coadyuvar al cumplimiento de los compromisos firmados en 2012 por el presidente de México Enrique Peña Nieto, contenidos en el Plan de la Concertación Mexicana.
Debido a que las circunstancias y nuestras propias limitaciones impidieron que le diéramos a México un nuevo instrumento partidario, pero no evitaron que consolidáramos un gran movimiento cívico nacional de naturaleza plural y humanista, tenemos un capital político y social que nos compromete a no cejar en nuestro propósito de servir a México.
Logramos afiliar 260 mil ciudadanos y celebramos 26 asambleas estatales con un promedio de participación de 3 mil 600 personas, según el registro del Instituto Federal Electoral. Aunque lamentablemente muchos ciudadanos acudieron sin sus credenciales de elector vigentes y por lo tanto no pudieron darse los quórums en las asambleas, todos ellos se adhirieron a los ideales que sostenemos como movimiento.
Así que nuestro compromiso permanece porque mientras no logremos el resultado de la justicia social podemos asumir que nada está hecho y que mucho nos falta por construir, justo con lo que más necesita México: acuerdos.
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