Conaculta…presentó La Prueba de las Promesas en Minería

Como parte de su compromiso por contribuir al conocimiento y difusión de grandes obras teatrales de reconocidos dramaturgos, la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta, en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro (CNT) coeditaron los libros La prueba de las promesas, de Juan Ruiz de Alarcón, y La sangre de Antígona, de José Bergamín, que fueron presentados en la XXXV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

Se trata de los números 14 y 15, respectivamente, de la colección Cuadernos de repertorio, realizada con el apoyo de Amigos Promotores del Teatro A.C., y que pone al alcance del público lector las piezas teatrales que la CNT ha llevado a escena.

La prueba de las promesas, del dramaturgo mexicano del Siglo de Oro, Juan Ruiz de Alarcón (1581-1639) es una obra de sólida estructura donde Alarcón propone un juego dramático en el que un mago crea ilusiones frente a un personaje, y como autor, realiza una descripción perfecta de cómo esa magia en realidad está hablando del teatro.

Al polarizar radicalmente la psicología de sus personajes, Alarcón pretende definirlos a través de rasgos individuales derivados de su condición social. En esta comedia se comienza a ejercer un examen del comportamiento ético de las clases sociales dentro del teatro alarconiano, tanto ricos como pobres.[] Al igual que en La cueva de Salamanca, la formación humanística y cultural de Alarcón lo llevaba a abordar temas casi olvidados para la época, como la magia. En esta obra pone la magia al servicio del hombre, al que considera la más perfecta criatura.[

Escrita en los años 50, por uno de los grandes intelectuales españoles del siglo XX, José Bergamín, La sangre de Antígona está basada en diversas obras de la Edipodia, donde el ser humano es capaz de utilizar la violencia como elemento de propaganda y disuasión. De acuerdo con la versión de Fernando Bergamín Arniches, hijo del escritor, desde la perspectiva de la derrota, la obra es una metáfora de la Guerra Civil española y la inutilidad de la sangre vertida.

Por otra parte, escribe en el prólogo de esta coedición José Ramón Enríquez, la obra sólo puede entenderse plenamente desde una perspectiva cristiana: “Si bien es cierto que la metáfora del enfrentamiento de “las dos Españas” está en la muerte de Eteocles y Polinices como lo está en el destierro (valdría decir el desentierro) de uno de los dos, mientras los seguidores del bando vencedor reinan como Creón en la ciudad, también es que en la obra se define el pecado original de Caín asesino de Abel y la necesidad de la encarnación de un Dios redentor…

“Estamos, por lo tanto, ante un acto sacramental que se atreve a convertir a Cristo en una mujer y que, muy brechtianamente, nos regresa a nuestras casas a esperar o propiciar la resurrección, con la memoria llena de imágenes, de sonidos, de fuerza y de signos por descifrar”.

La prueba de las promesas, de Juan Ruiz de Alarcón y La sangre de Antígona, de José Bergamín, serán presentados el domingo 23 de febrero a las 17 horas, en el Salón de la Academia de Ingeniería del Palacio de Minería, con los comentarios de Luis de Tavira, Carlos Corona y Ricardo Cayuela.