Ver a la reina Letizia vestida de blanco es sinónimo de ocasión especial. Lo utilizó en su pedida de mano y también el día de la coronación. Ahora, como reina, tiene además derecho a llevarlo en presencia del papa -según nota de People en Español-.
Según el protocolo del Vaticano, para ser recibido por el pontífice es necesario vestir de negro riguroso con una excepción, las reinas de los países católicos.
Este derecho, conocido como Privilège du blanc, o Privilegio del blanco, permite a las monarcas católicas asistir vestidas de blanco y con mantilla a los actos oficiales presididos por el papa. La reina de España puede, además, llevar peineta.
Este lunes, en su primer viaje oficial al extranjero, la reina ha hecho uso de ese privilegio. Aunque ha llamado la atención que no llevase mantilla, la Casa Real ha aclarado que al tratarse de una audiencia privada su uso no es necesario.
Para la ocasión, la reina ha vuelto a recurrir a su modisto de cabecera, Felipe Varela, y ha elegido un vestido blanco con chaqueta a juego con bordados de hilo y cristales, cartera de mano, también blanca, y zapatos peep toe en color nude de Magrit.
Su predecesora, la reina Sofía, siempre vistió de blanco en sus en sus visitas al Vaticano, salvo en una ocasión, en el funeral de Juan Pablo II, que lo hizo de negro en señal de luto.
En la actualidad quienes ostentan el privilegio del blanco son las reinas Letizia y Sofía de España, las reinas Matilde, Paola y Fabiola de Bélgica, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, la princesa Charlene de Mónaco y la princesa de Nápoles y de la Casa de Saboya.
Además de haber recibido a los papas Benedicto XVI y Francisco en sus distintas visitas a España, esta es la cuarta vez que Felipe VI y Letizia acuden al Vaticano a encontrarse con un pontífice.
La primera ocasión fue en junio del 2004, un mes después de su boda, para recibir la bendición del entonces papa Juan Pablo II. Letizia utilizó peineta, mantilla y un vestido largo negro.
En mayo del 2011, la pareja asistió a la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II y en esa ocasión se reunieron con Benedicto XVI. La entonces princesa lució un vestido corto negro y mantilla.
El mismo atuendo utilizó en marzo de 2013, cuando viajaron al Vaticano para asistir a la misa de inicio del pontificado del papa Francisco.