La tarde noche del miércoles 17 de diciembre la Plaza de las Artes del Centro Nacional de las Artes se llenó con 2 mil personas que se reunieron para ver El Cascanueces transmitido desde el Teatro de la Ópera de Viena, dentro del programa Desde los Grandes Teatros del Mundo organizado por el Conaculta.
Público de todas las edades, niños, adolescentes, acompañados de sus padres, estudiantes, adultos jóvenes, adultos mayores, todos iban llegando a la cita para ver el ballet en dos actos integrado con la música del compositor ruso Piotr Ilitch Tchaikovsky (1840-1893), con libreto de Marius Petipa, creado a partir del cuento del Ernst Theodor Hoffman. Rápidamente el sillerío instalado fue insuficiente y los asistentes comenzaron a sentarse en el piso o en las escaleras de la plaza.
Desde el inicio, el ballet atrapó la atención de los asistentes a la transmisión del montaje de la Ópera de Viena cuya producción retoma, con la dirección de Paul Connelly, y la interpretación de los bailarines Liudmila Konovalova, como Clara, y Vladimir Shishov, como el príncipe, además de Emilia Baranowicz y Davide Dato, la coreografía diseñada por el bailarín de origen ruso Rudolf Nureyev (1938-1993), este cuento clásico de Navidad.
La interpretación de los bailarines y del Ballet de la Ópera de Viena cautivó al público mexicano reunido en el Centro Nacional de las Artes que siguió cada detalle del ballet que narra la historia ocurrida hacia el año 1850, en Alemania, en la casa del juez Stahlhaum, donde su hija, Clara, recibe como regalo de Navidad un cascanueces, un artefacto de madera que sirve para romper las nueces y el cual tiene la figura de un soldado. El Cascanueces cobra vida y vive junto con Clara una inesperada aventura.