Parecía que el ambiente iba a estar lleno del aroma de Katy Perry, lleno de glamour y espectacularidad, pero lamentablemente el clima se tornó frío y lo más cálido eran las luces de las cámaras. Siguiendo la desfachatez de la cantante estadounidense, la alfombra no fue roja, fue de color púrpura, tal como el color que define a su perfume de nombre Purr. Corazones morados también adornaban la entrada de las celebridades por aquella pasarela llena de logotipos de marcas comerciales.
Al inicio, la gran mayoría de las personas que comenzaban a desfilar por la alfombra púrpura no eran del medio del espectáculo, o al menos no de los que están delante de los reflectores, sin embargo esto no impidió que ellos lucieran sus mejores trajes y ellas sus vestidos más llamativos. Lo que se comenzó a llenar más rápido fue el estacionamiento, automóvil tras automóvil el movimiento de aquella zona era constante, lo mismo se dejaban ver carros último modelo que algunos de años anteriores, aunque eso sí, todos limpios y relucientes para la ocasión.
Adentro del salón la fiesta comenzaba, luces de colores púrpura y morado iluminaban los interiores y exteriores del lugar mientras que música electrónica amenizaba a los asistentes tempraneros. Afuera, las luces eran blancas para la iluminación de la alfombra púrpura y tan sólo se escuchaban los sonidos bajos de la música que sonaba adentro del lugar. A final de cuentas todos esperaban lo mismo, a la intérprete de «I kissed a girl».
La entrada se comenzó a hacer más dinámica al veinte para las nueve de la noche, en un inicio compuesta por incógnitos y posteriormente, con el paso de los minutos, con celebridades que se dieron cita en el lugar. El primero de ellos fue Lambda García, actor de telenovelas, que ingresó acompañado. Después le siguieron Jean Duverger y Faisy, además de Karla (ex integrante de Jeans), Silvia Sainz y Adriana Louvier, ellas con vestidos morados que quedaban ad hoc con los colores predominantes de la noche.
Los músicos no podían faltar, así que también arribaron Sandoval y Marco Di Mauro, que fueron seguidos por actrices como Estela Calderón, Cecilia Piñeiro, María Aura y Ana Layevska, éstas dos últimas siguieron la moda de la noche y vistieron atuendos con detalles en púrpuras.
Posterior a esto el desfile de celebridades paró, hubo minutos en que de nuevo los incógnitos se apoderaron de la pasarela y ni ellos buscaban los reflectores ni las cámaras a ellos. Lo más interesante en esos instantes resultaban ser los pleitos de la gente que tenía las listas de invitados al no encontrar a alguna persona que juraba estar invitada.
Pasaron más minutos y la ansiedad apoderó del ambiente, al parecer sólo faltaba la anfitriona de la fiesta. La cita de su aparición estaba pactada desde la media de las diez de la noche, pero ya eran más de las once y aún no se aparecía. Fue entonces que entraron dos camionetas que no podían ser de otra persona más que de Katy Perry. Fotógrafos y camarógrafos prepararon sus lentes y acomodaron sus mejores ángulos, los organizadores y guardias personales de la cantante barrieron a la gente que no tenía nada que hacer en la alfombra púrpura para que la cantante pudiera apoderarse del lugar.
Katy Perry apareció con un vestido morado, de minifalda y de gran escote. Se mantuvo sonriente en todo momento y no nunca soltó al gato de vidrio que guarda su nuevo perfume, de hecho lo presumía ante las lentes de los fotógrafos. Otorgó algunas entrevistas y antes de entrar a la fiesta donde la esperaban, de nuevo posó ante las cámaras, ahora más sonriente que nunca, luego levantó la mano y se despidió de la gente de prensa. Mientras ella caminaba hacia la puerta los flashes siguieron iluminando su camino.