Candidatos a salto de mata en Guerrero por amenazas magisteriales

• Candidatos a salto de mata en Guerrero por amenazas magisteriales

• La CETEG centra sus amagos en el PRI y su candidato Héctor Astudillo

• El Peje negocia una alianza electoral con los maestros más violentos

Ocultan la información y seguramente es por temor.

Pero las campañas en Michoacán y Guerrero no son normales.

Partidos y candidatos rechazan hablar de la inseguridad imperante en esas entidades porque se saben frágiles ante la situación de violencia y la falta de protección de autoridades de todo tipo.

Desde las federales, cuyos mandos están concentrados en dar información sobre difundidos avances en el combate al crimen organizado, hasta las estatales y por supuesto el Instituto Nacional Electoral (INE).

Con este desconocimiento, con esta desprotección a quienes buscan el voto donde la delincuencia organizada ha sentado reales desde hace lustros, el consejero presidente Lorenzo Córdova se atrevió a hablar de normalidad.

Lo hizo ayer ante los ojos del mundo en México, los embajadores de organismos internacionales y potencias extranjeras.

Dicho de otra manera, al decir del señor Córdova y su INE todo marcha muy bien en México y no debe temerse a amenazas como la de la Comisión Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) y menos de los padres de los 43 normalistas secuestrados, desaparecidos y asesinados en el municipio perredista de Iguala.

LA CETEG CENTRA AMENAZAS EN EL PRI

La pasividad del INE pronto podría encontrarse con sorpresas.

Si investiga, claro.

Porque a ojos suyos y de Salvador Rogelio Ortega Martínez y Salvador Jara, dos salvadores de nada, no pasa nada en Guerrero y en Michoacán.

Pero pasa.

He aquí los datos:

La CETEG y los padres de los normalistas de Ayotzinapa ya comenzaron, cual vil delincuencia organizada, a presionar a los partidos y a los candidatos a fin de evitarles actos de campaña.

¿Cómo?

Simple: les impiden foros, mítines y otros actos públicos mediante la movilización de cientos o tal vez miles de maestros y estudiantes normalistas para atemorizar a quienes pretenden acudir.

En Guerrero las mayores amenazas son, ¡oh sorpresa!, al candidato a gobernador del estado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Héctor Astudillo, quien casualmente se ha colocado al frente de las preferencias electorales.

El panista Jorge Camacho no enfrenta amagos similares, acaso porque va muy lejos de la perredista Beatriz Mojica y sin aparente posibilidad de victoria el próximo domingo 7 de junio.

Y menos el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Amílcar Sandoval, dedazo de Andrés Manuel López y quien mantiene contacto no nada más con la CETEG, sino también con los familiares de normalistas.

Ante los datos, va una especulación: ¿una forma indirecta de favorecer al candidato y al partido del Peje?

AMLO TRATA DE SUMAR AL MAGISTERIO

1.- Andrés Manuel López ha entablado comunicación con la cúpula de la CETEG y por supuesto con representantes de los padres de familia de los normalistas secuestrados y desaparecidos en el municipio perredista de Iguala.

El tabasqueño les pidió su voto, pero ellos le reclamaron sumarse a movimiento.

En esas van.

Discurso aparte, el escenario está prefigurado: El Peje criticará más duro al gobierno y exigirá la aparición de los estudiantes secuestrados a 200 kilómetros de su centro de estudios, y el magisterio violento trabajará para la causa de Morena.

2.- Los coordinadores priístas en el Congreso de la Unión han convocado a sus pares de las demás fracciones para reunirse el 7 de abril y acordar cuáles reformas saldrán en el actual período ordinario de sesiones.

La propuesta surgió de Manlio Fabio Beltrones y de inmediato la avaló Emilio Gamboa, quienes intentan convencer a las demás bancadas de trabajar en conjunto para cerrar la 57 Legislatura con un dinamismo histórico.

Y 3.- Los comerciantes de San Luis Potosí decidieron sumarse a la campaña del candidato priísta Juan Manuel Carreras.

Es el resultado de una encuesta, afirmó el presidente de la Canaco estatal, Gerardo Zermeño.