Aprender a despedirse de aquellos que dejan el mundo y recibir a los que llegan es el mensaje de la obra infantil Ombligos brillantes que inicia temporada este fin de semana en el Centro Cultural Helénico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Es la historia de Mariana, una niña que se enfrenta a la muerte de su abuela, mientras espera la llegada de su hermano. Domingo, su gato, platica con ella para ayudarla a entender lo que sucede y ver las cosas de una forma más natural.
Marcela Castillo, dramaturga y directora de la puesta, explicó en entrevista con el Conaculta que actores y títeres hechos de cortezas de árbol interactúan en las escenas que se desarrollan en el jardín de la casa de Mariana.
“Me interesa que el lenguaje estético tenga que ver con el discurso de la obra. Es fácil ver en la naturaleza que una planta muere y lo que queda de ella sirve para el abono de otras o para que una nueva semilla pueda crecer”.
Aseguró que es importante que el teatro aborde temas que les suceden a los niños al igual que a los adultos, pues desde corta edad se pueden enfrentar a la pérdida de alguna mascota o un familiar cercano.
“A veces tratan de entenderlo desde su perspectiva y es bueno tener una interlocución con ellos, porque más que enseñarles, el teatro sirve de catarsis. Nuestra intención es que se rían, lloren, se conmuevan y que los adultos puedan tener una conversación sobre este tema tan complejo”.
El elenco está conformado por Carolina Garibay, en el papel de Mariana, y Horacio Trujillo, como Domingo. Miguel Romero interpreta a papá, Chalupas y Emiliano; mientras que Marcela Castillo y Anick Pérez dan vida a la abuela, mamá y el señor de las paletas. La música es original e interpretada en vivo por Guillermo Castillo.
La integrante y fundadora de la Compañía Aquelarre Teatro consideró que el reto de hacer teatro dirigido a un público infantil es estar a la altura de su inteligencia, pues por desgracia a veces existe una oferta teatral muy sosa.
“Hay otro reto que es convencer a los papás de que se ocupen de estar pendientes de lo que ven sus hijos, que los lleven a ver un teatro de calidad que se relacione con las artes”.
Aquelarre Teatro celebra siete años de creación con montajes dirigidos a los niños y niñas que abordan temas como la muerte, la injusticia y los antepasados, a partir de una investigación del teatro-objeto.