El Papa Francisco instó hoy a ir más allá del éxito y de la carrera, a preocuparse no sólo en satisfacer las propias necesidades materiales sino a buscar “un alimento que no es corruptible”.
Asomado a la ventana de su estudio privado, en el Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, Francisco advirtió contra la “ceguera espiritual” de quedarse sólo en el aspecto material del mensaje cristiano.
“Jesús evidencia la necesidad de ir más allá de la satisfacción inmediata de las propias necesidades materiales, aunque esenciales. Invita a abrirse a una perspectiva que no es solamente aquella de las preocupaciones cotidianas del comer, del vestir, del éxito y de la carrera”, dijo.
Según el pontífice, además del hambre física, el hombre lleva en su interior otra hambre que es “más importante” y que no puede ser saciada con el alimento ordinario: “se trata de hambre de vida, de hambre de eternidad que sólo él puede satisfacer, porque es el pan de vida”.
Sostuvo que Jesús no eliminó la preocupación y la búsqueda del alimento cotidiano y de todo aquello que puede dar progreso en la vida del hombre; pero constató que “¡la vida pasa, fatalmente!”.
Por eso explicó que Cristo recuerda que el verdadero significado de la existencia terrena de las personas está en la eternidad, y que la historia humana, con sus sufrimientos y sus alegrías, debe ser vista en un horizonte de eternidad.
“¡Tenemos tanta necesidad de la presencia de Dios en nuestra existencia cotidiana!”, insistió.
Añadió que en los días marcados por el trabajo y las preocupaciones, como los del descanso y las vacaciones, Cristo invita a no olvidar que si bien es justo preocuparse por el pan material para recuperar las fuerzas, es aún más necesario potenciar la propia fe en él, “pan de vida, que sacia nuestro deseo de verdad, de justicia y de consuelo”.
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