Uno de los fenómenos astronómicos que más atrae a los aficionados (con permiso de los eclipses de Sol y de Luna) son las lluvias de estrellas que ocurren periódicamente cada año. La próxima tendrá lugar entre el 7 y el 17 de diciembre y, a pesar del frío, decenas de aficionados a la astronomía se alejarán de las ciudades para intentar ver la mayor cantidad de bólidos recorrer el cielo.
Exactamente, en 2015, alcanzará el máximo de actividad los días 13 y 14 de diciembre, justo después de la luna nueva. De hecho esta “ausencia” de Luna (menos del 10% de la misma recibirá los rayos del sol) permitirá una mejor observación de la lluvia de estrellas.
Este hecho astronómico tiene una principal peculiaridad: no está provocada por un cometa. En la mayoría de los casos sí es así, pero en este caso lo que produce estas marcas efímeras en el cielo son restos de un asteroide descubierto en 1982, el 3200 Faetón.
Las Gemínidas se conocen así porque su radiante, el lugar imaginario del cielo desde el que parece que parten todas las estelas del cielo, se sitúa en la constelación de Géminis. De hecho, si durante esos días decides asomarte a la ventana de noche podrás ver hasta 150 meteoros por hora. Siempre que las nubes no te lo impidan, claro.
