Unos 4,5 millones de personas precisan asistencia humanitaria en Siria, de ellas 400.000 están sitiadas; sin embargo, las restricciones impuestas al acceso de la ayuda y la falta de seguridad han permitido que las agencias de socorro alcanzaran apenas a un 32% de ese colectivo en el periodo de septiembre a noviembre pasado.
Así lo explicó hoy la coordinadora adjunta de la ONU para Asistencia de Emergencia en un informe al Consejo de Seguridad.
Kyung-Wha Kang agregó que en el caso de la población sitiada, sólo el 1% pudo recibir asistencia alimentaria y de salud.
“Esto es sencillamente inaceptable, llamo una vez más a las autoridades sirias a aprobar las 47 solicitudes pendientes del convoy interagencial, y a permitir el acceso de las caravanas autorizadas previamente. También insto a los grupos armados no estatales, y a los listados como grupos terroristas, a dejar que se distribuyan los suministros detenidos”, apuntó.
Kang indicó también que los desplazamientos masivos continuaron el mes pasado con 121.000 personas huyendo de la violencia, algunas por segunda o tercera vez.
Recordó que 6,5 millones de personas, más de la mitad de la población siria, se han desplazado desde el inicio de la crisis, hace más de cuatro años. De esa cantidad, 4,3 millones han huido del país buscando refugio en otras naciones.
En este sentido, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, quien también participó en la sesión del Consejo, advirtió que cuanto más se prolongue el conflicto en Siria, más difícil será pagar sus consecuencias.
António Guterres subrayó la presencia del ISIS no sólo en Siria, sino en Iraq, y afirmó que sus intenciones de restaurar el Califato suponen un cambio radical incluso cuando se le compara con el peor terrorismo internacional que se haya visto hasta ahora.
“Esta guerra debe terminar, y pronto”, puntualizó Guterres.