En agosto de 1878 el escritor Mark Twain (1835-1910) visitó la zona y afirmó: «El esplendor del sol en la nieve alpina era inimaginable. En ningún sitio hay semejante exposición de tamaño y belleza como la que se puede contemplar desde la cima del Gornergrat».
El ascenso se puede realizar en un ferrocarril cremallera, el primero que funcionó en Suiza.