Los países en desarrollo estarían en mejor posición de financiar las actividades necesarias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) si las economías industrializadas cumpliesen con las promesas que hicieron en 2002 de dedicar a la ayuda al desarrollo el 0,7 % de sus respectivos productos internos brutos.
El informe Desarrollo y Globalización: Hechos y Cifras, fue presentado hoy en Nairobi por el Secretario General de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Mukhisa Kituyi, quien afirmó que los países en desarrollo han dejado de recibir dos billones de dólares por ese concepto.
Añadió que los ODS son resultados de una larga y seria discusión sobre cómo queremos que el mundo sea para 2030, y recordó que esta visión requiere un financiamiento serio.
En 2015 la comunidad internacional encargó a la UNCTAD, el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC) la identificación de vías y métodos para financiar los ODS.
Este año, el informe se concentra en la Agenda para el Desarrollo Sostenible y aporta valores numéricos en casi un tercio de los 230 indicadores recogidos en ese plan. Asimismo describe algunos de los retos que se experimentan a la hora de hacer mediciones de los avances en el alcance de los ODS.
Durante la conferencia de la UNCTAD, que se celebra hasta el 22 de julio, también ha trascendido que algunos países en desarrollo dependientes de las exportaciones de materia prima pierden cerca del 67% de sus exportaciones por un valor de miles de millones de dólares debido a la adulteración de los registros de operaciones comerciales.
Según un estudio difundido en el marco del Foro Global de Productos Básicos, la falsificación de la facturación del comercio es uno de los mayores caminos de los flujos financieros ilícitos en los países en desarrollo, con lo cual muchos de ellos pierden importantes ingresos para su desarrollo.
El informe advierte que las pérdidas económicas no están vinculadas sólo a errores estadísticos en el reporte de exportaciones e importaciones, sino que se debe a la falsificación en la facturación del comercio exterior, representando un mecanismo clave de fuga de capitales.