Cueva Pintada de Gáldar…ejemplo excepcional de arte rupestre

La Cueva Pintada de Gáldar es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes en la historia de Gran Canaria, España, donde se han conservado ejemplos excepcionales de arte rupestre; este año se festeja el 10 aniversario de su apertura al público como Parque Arqueológico Cueva Pintada y en ese marco se organizó el Seminario Canarias-México: dos realidades complejas con idénticos desafíos en la investigación, conservación y gestión del arte rupestre, con la participación de cuatro investigadoras del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El seminario formó parte del panel de arqueología del XII Coloquio de Historia Canario-Americana que tuvo como país americano invitado a México; esta reunión académica constituye uno de los eventos de historia más relevantes de la comunidad autónoma española.

La invitación a la participación mexicana consideró como ejemplos de patrimonio rupestre de América, La Cueva Pintada de la Sierra de San Francisco, en Baja California Sur, Patrimonio Mundial desde 1993, y La Pintada, en Sonora, sitios con importantes vestigios de pintura; así como Cerro de Trincheras donde se han hallado cientos de petrograbados dispersos en las faldas de los cerros donde se construyeron terrazas para edificar casa habitacionales y áreas ceremoniales.

Las participantes invitadas fueron las arqueólogas María de la Luz Gutiérrez, directora del Centro INAH-Baja California Sur y especialista en las pinturas rupestres de la entidad; Eréndira Contreras, responsable del proyecto de investigación La Pintada; Elisa Villalpando, titular del proyecto de investigación Cerro de Trincheras, y la restauradora Sandra Cruz, especialista en la atención al arte rupestre y responsable del Programa de Conservación de Manifestaciones Gráfico-Rupestres de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC).

Las académicas también fueron invitadas a las jornadas Los desafíos en la gestión integral del arte rupestre: de México a Canarias, que los españoles enmarcan dentro del proyecto Tussna, el saber de Benahoare, a través del cual la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo de La Palma pretende acercar a la sociedad palmera al conocimiento del pasado prehispánico de la isla.

Primitivo Jerónimo, consejero de Cultura y Patrimonio Histórico de La Palma, destacó que la presencia de las arqueólogas y restauradora mexicanas en la isla fue de sumo interés toda vez que su experiencia en México será de gran ayuda para diferentes proyectos de protección, conservación y puesta en uso de grabados y pinturas rupestres, que actualmente se trabajan en la isla.

Además de abordar detalles históricos y características de los sitios mexicanos, las investigadoras se refirieron a los planes de conservación, restauración y difusión de este legado.

La arqueóloga María de la Luz Gutiérrez participó con la conferencia La Cueva Pintada (Sierra de San Francisco), en el contexto de los Grandes Murales de la parte central de la península de Baja California (México). Luego de explicar que la tradición pictórica Gran Mural se manifiesta en cientos de abrigos y frentes rocosos que se ubican en las laderas de las cañadas de las cordilleras centrales peninsulares, explicó que el característico clima seco ha permitido un buen estado de conservación por lo que existen paneles con cientos y miles de figuras humanas y animales en vivos colores.

Refirió que los autores de las pinturas, Patrimonio Mundial, fueron cazadores-pescadores-recolectores capaces de desarrollar sofisticados sistemas simbólicos que reflejan una complejidad social y un fragmento de su cosmovisión; destacó que Cueva Pintada representa uno de los mejores ejemplos de Gran Mural, donde se concentran representaciones de un amplio espectro de fauna terrestre y marina y gran cantidad de figuras humanas con tocados y componentes cromáticos que representan marcadores de distinción que hermanaban diversos linajes.

Los autores de las improntas se reunían en el lugar durante la época de abundancia de alimentos y realizaban ceremonias, festividades e intercambios de todo tipo, dijo María de la Luz Gutiérrez y habló a los especialistas de Canarias de la atención que el INAH ha dado al sitio, considerando no sólo las pinturas, sino el entorno que conjuga una serie de elementos que lo hacen excepcional: un cañón, un oasis en el fondo de la sierra de suelo semidesértico y su exuberante hábitat ribereño, el enorme abrigo rocoso y el manantial que mana debajo del abrigo pintado. “Estar vinculados territorialmente con ese espacio simbólico debió ser trascendental durante el proceso de construcción y reafirmación de las identidades sociales de los linajes”, señaló la especialista.

La arqueóloga Eréndira Contreras destacó que mientras Islas Canarias conmemoran los 10 años del Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, este 2016 México cumple una década de trabajos arqueológicos en La Pintada, donde se ha desarrollado una práctica equilibrada en la que investigación, conservación, divulgación y plan de apertura al público ha constituido el eje rector.

En su plática La Pintada de Sonora en México visita la Cueva Pintada de Gáldar en Gran Canaria, destacó que la colaboración académica interdisciplinaria, el apoyo institucional y la participación decidida de la sociedad civil han hecho posible elaborar un plan de apertura, desarrollo y operación, de características dinámicas, del cual actualmente se diseñan los programas específicos de trabajo para hacerlo realidad en el futuro.

La arqueóloga Elisa Villalpando habló de los 25 años de investigaciones en el sitio arqueológico Cerro de Trincheras, que también se conmemoran este año en México; recordó que a mediados de la década de los ochenta, un equipo de investigación binacional traspasó la frontera de México y Estado Unidos con el interés de comprender el pasado común, especialmente relacionado con la tradición cultural Trincheras del noreste mexicano, y a mediados de los noventa comenzaron las primeras excavaciones sistemáticas en el centro rector, localizado en Sonora.

Las primeras dos décadas de investigación permitieron que el sitio mostrara la complejidad de las sociedades agricultoras, asentadas en los siglos XIV y XV en el desierto sonorense, y posibilitaron la apertura al público de Cerro de Trincheras a fines de 2011. Además de un sendero interpretativo y área de servicios, el INAH construyó un Centro de Visitantes con instalaciones para exposiciones y para la conservación de los bienes recuperados.

La investigadora destacó en su conferencia Reapropiación de signos del pasado en el Noreste de México. Los petrograbados de Cerro de Trincheras, el trabajo que la zona arqueológica ha realizado con la población local y cómo apostó por la conservación del sitio a través de la generación de conocimiento y la valoración del patrimonio cultural por la propia comunidad, convirtiéndose en una experiencia novedosa de arqueología pública.

Asimismo, señaló que los petrograbados localizados en zonas específicas del sitio han sido recuperados, como signos del pasado, dentro de un discurso de apropiación del patrimonio cultural de la comunidad de Trincheras, a través de talleres de pintura, teatro y reproducción de los diseños de los grabados como complemento de exposiciones temporales. Villalpando dijo que la experiencia de revalorar el patrimonio arqueológico ha despertado el orgullo y sentido de pertenencia a la gente joven de la comunidad.

En la plática Reflexiones y aportaciones a la conservación de sitios con manifestaciones gráfico-rupestres en México, la restauradora Sandra Cruz abordó los objetivos, misión y trabajos que desarrolla el Programa de Conservación de Manifestaciones Gráfico-Rupestres, en sitios de los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Durango, Sonora, Chihuahua, Veracruz, Guerrero, Hidalgo, Nayarit y Zacatecas, entre otros.

También presentó la conferencia Oxtotitlán: lugar de cuevas, en la que detalló una de las experiencias mexicanas con mayores alcances en cuanto a la perspectiva integral y de corresponsabilidad comunitaria en la conservación de pinturas rupestres en Guerrero, que se ha realizado en conjunto con una comunidad indígena en nuestro país.