Con su fallecimiento a los 82 años de edad, el cantautor, compositor y poeta canadiense Leonard Cohen ha dejado de ser una de las leyendas vivas de la música internacional.
Además de escribir diez poemarios y dos novelas, fue autor de canciones exitosas como la inmortal “Suzanne”, en las que narraba tanto las miserias como la grandeza de la condición humana con esa voz tan personal, entre grave, rota y enigmática, propia del llamado “trovador de voz cavernosa”.
Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011 y candidato al Nobel de Literatura en varias ocasiones, Cohen nació el 21 de septiembre de 1934 en Montreal en una familia de emigrantes judíos que se asentaron en Canadá.
Allí se licenció en Literatura en la Universidad McGill en 1955 y formó parte de un grupo musical de aficionados, The Buckskin Boys, dedicado al country.
Se trasladó a Nueva York con una beca para la Columbia Graduate School, y a los 24 años recibió otra, del Canada Council, para escribir un libro, lo que le permitió viajar a Europa.
Cohen siempre compaginó la música con la literatura, su gran pasión, que comenzó a los 16 años cuando escribió sus primeros poemas.
Aún no terminada la carrera apareció su primer poemario, “Comparemos mitologías”(1956), inspirado en García Lorca, su poeta predilecto, al que siguió “La caja de especias de la tierra” (1961).
En la década de 1960 se instaló en la isla griega de Hydra, donde empezó a componer canciones, y vivió siete años entre Europa y América.
En 1963 publicó su primera novela, “El juego favorito”, a la que siguió el tercer poemario “Flores para Hitler” (1964), su segunda novela “Los hermosos vencidos”(1966) y el cuarto poemario “Parásitos del cielo” (1966).
Su obra poética se completa con títulos como “La energía de los esclavos”(1972), “Memorias de un mujeriego”(1978), “Libro de la misericordia”(1984) o “El libro del anhelo”(2006).
En 1966 retornó a América, y fue entonces cuando entró en el mundo de la música junto al cantante Judy Collins, quien grabaría dos de sus canciones más conocidas, “Suzanne” y “Dress rehearsal Rag”.
Al año siguiente se presentó en público, fichó con Columbia y lanzó su primer álbum, “Canciones de Leonard Cohen”, al que siguió en 1969 el exitoso “Songs from a room” y en 1971, con “Songs of love and hate”, se confirmó como uno de los grandes autores.
Durante los años setenta sacó al mercado “Live songs” (1973), “New skin for the old ceremony”(1974), “Death of ladies man” (1977) y “Recent songs”(1979), y en los ochenta, “Various positions” (1984) y “I’m your man” (1988).
Tras cuatro años de silencio, en los noventa publicó “The future” (1992) y “Stranger music” (1993).
De carácter taciturno e introvertido, Cohen sufrió en varias ocasiones períodos de depresión, de los que salió gracias a la filosofía zen. Incluso estuvo retirado seis años en un monasterio de California, y hasta se convirtió en monje, en 1996, con el nombre de Jikan, “silencio”.
Aun así, en esa época dejó dos álbumes de directos, “Cohen live” (1994) y el recopilatorio “More best of” (1997).
Durante estos años de meditación escribió cientos de poemas y canciones por lo que al salir del monasterio en 1999 preparó su siguiente disco de estudio, “Diez nuevas canciones” (2001).
Tras publicar además un recopilatorio de conciertos y la colección “The Essential”, con sus 31 clásicos, en 2004 salió “Dear Heather”, un nuevo disco con el que celebró sus 70 años. Cinco años después, en julio de 2009 durante una gira por España, tuvo que suspender uno de sus concierto al sufrir un desmayo en el escenario.
En 2012, y tras ocho años sin sacar un disco de estudio, publicó “Old ideas”, que supuso su renacimiento musical pero cuya causa Cohen no ocultó: estaba totalmente arruinado tras la negligente gestión de su ex representante y amiga Kelley Lynch.
Lynch durante mucho tiempo estuvo desviando dinero del artista, del que llegó a vender hasta los derechos de autor sin su conocimiento.
El éxito de “Old ideas” fue tremendo y llegó a ser número uno en las listas de los discos más vendidos en Europa y Estados Unidos.
Dos años después, y coincidiendo con su 80 cumpleaños, Cohen sacó su siguiente disco de estudio, “Popular Problems” (2014), donde retornó al blues, haciendo gala de su enorme creatividad.
El primer sencillo, “Almost like the blues”, refleja ese toque entre marginalidad y espiritualidad tan suyo.
En octubre de 2016 Cohen publicó su último disco de estudio, “You want it darker”, donde Cohen aparece más misterioso y solemne que nunca, casi con aire de réquiem. En el single que da nombre al disco invita a la meditación, al recogimiento, y llega a decir “Estoy preparado, mi Señor”.
Cohen fue un gran seductor. En los años sesenta, en la isla griega de Hydra, mantuvo una relación con la novelista sueca Marianne Jensen -a la que dedicó “So Long, Marianne”-; después vivió con la fotógrafa Suzanne Elrod -madre de sus hijos Adam y Lorca-, y en los noventa se emparejó de manera estable con la actriz Rebecca De Mornay.
En su discurso con ocasión del Príncipe de Asturias, hizo referencia a la influencia española en su obra, sobre todo por García Lorca y por las enseñanzas de flamenco que le dió un joven guitarrista español que terminó suicidándose, hecho que le marcó.
Cohen donó los 50 mil euros del premio a la Universidad de Oviedo para impulsar la cátedra que lleva su nombre.