Lamentablemente, la aeronave no contaba con el combustible de seguridad establecido por normativa», con estas palabras el coronel Freddy Bonilla, secretario de seguridad aérea de Colombia, ha confirmado la noche del miércoles una de las causas del accidente del avión de la compañía boliviana LaMia que transportaba al equipo de fútbol brasileño Chapecoense, en el que perdieron la vida 71 personas. «En el momento del impacto el aparato no tenía gasolina, estamos llevando a cabo una investigación para conocer el motivo», ha informado -según nota de El PAÍS-.
Las autoridades colombianas en colaboración con un experto en aeronáutica de Bolivia, especialistas brasileños, técnicos de Reino Unido (país de origen de fabricación del aparato), además de personal de la Agencia Nacional de Investigación de Transporte Aéreo de Estados Unidos, trabajan para esclarecer por qué la compañía LaMia permitió que un avión volara sin el combustible necesario para un trayecto de 1.588 millas náuticas.
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«Las normas internacionales establecen que una aeronave, para realizar vuelo entre aeropuertos, debe contar con un combustible mínimo, con un aeropuerto alterno, adicionar 30 minutos, y cinco minutos de combustible reserva», ha explicado el coronel Bonilla. El avión que transportaba al Chapecoense tenía un plan de vuelo alternativo en Bogotá, pero según ha contado el responsable, no tuvo que usarlo «porque las condiciones climáticas en Rionegro eran adecuadas».
A las 21.49 de la noche del lunes, según el relato de las autoridades, el avión procedente de Santa Cruz, en Bolivia, solicitó prioridad para aterrizar en el aeropuerto José María Córdova de Rionegro, cerca de la ciudad de Medellín, por un problema de combustible. La torre de control le autorizó la aproximación. Dos minutos después declaró la emergencia por el mismo problema y cinco minutos más tarde alertó de una falla eléctrica total y pidió vectores, es decir, indicaciones al controlador para que le ayudara en el aterrizaje. Posteriormente, cuando la aeronave descendió a 9.000 pies, los rádares perdieron su señal y se produjo la colisión.
Los hechos narrados por las autoridades aeronáuticas coinciden con una grabación en la que se escucha la conversación entre el piloto Miguel Quiroga y una controladora. «Este audio no está certificado y es inexacto en sus tiempos», ha asegurado el coronel Bonilla sin entrar en más detalles.
A la espera de que continúe la investigación, Medicina Legal de Medellín con la identificación de los cuerpos. A esta ciudad colombiana ya están llegando los familiares de las víctimas procedentes de Bolivia y Brasil. «Se espera que esta semana algunos aviones, tipo Hércules, lleguen a Medellín para las repatriaciones», ha anunciado el responsable.