CRÓNICA POLÍTICA: Usar niños en el “cacerolazo” electoral contra el gasolinazo, ¿se vale?

Quise iniciar la columna refiriendo una de las imágenes captadas en la protesta encabezada por representantes populares del PT en el estado de Oaxaca. Véanla: Dos niños aparecen en la manifestación “Cacerolazo por el gasolinazo”; el más pequeño (de 5 años tal vez) hasta lleva en la mano un pedazo de tubo con el cual va pegándole a un pocillo despostillado; y el otro, cargando una cacerola y puesta la camiseta alusiva.
¿Se vale? ¿Se vale que usen niños para sus fines electorales? Claro, ¡electorales! Porque en la primera semana de octubre de este año inicia el proceso electoral para las elecciones del 2018 de Presidente de México, senadores y diputados federales, así como las concurrentes en Oaxaca de diputados locales y concejales a los ayuntamientos, pues los electos en el 2016 solamente durarán en el cargo dos años para homologar comicios.
Entonces, si en octubre arranca legalmente la justa electoral, ya hasta se hace tarde para realizar todo acto proselitista rumbo al 2018, máxime cuando en la entidad oaxaqueña aplicará la reelección de munícipes y de legisladores locales, pero sobre todo porque pareciera que con los gasolinazos del 2017 el Gobierno Federal puso de pechito al PRI para su derrota.
Salvo que todos los recursos captados con los “ajustes” al precio de las gasolinas y del diésel previstos en enero, febrero y luego diariamente, los apliquen en una estrategia electoral-social mediante la cual aseguren el voto de electores de zonas marginadas, en las cuales el gobierno está cuidando vía programas sociales que no pegue el proceso inflacionario.
Sin embargo, en esas zonas está pegando políticamente el aumento a los combustibles, convirtiendo a la gente pobre en carne de cañón de los partidos políticos con la mira puesta en la Presidencia de México. Amén del enojo en el sector productivo y en la clase media por tan drástica medida.
Claro, es válido que el Gobierno Federal deje de subsidiar las gasolinas y el diésel. Pero no siempre a costa del sector productivo; es ahorcar a quien mantiene y sostiene al sector público del país. Tampoco a costa de los consumidores finales en general.
En fin, retomando la pregunta: ¿Se vale usar niños para sacar raja electoral? ¿Qué saben los chiquitines de gasolinazos y del impacto inflacionario? ¿Tienen automóviles? ¿Los triciclos caminan con gasolina? ¿Compran la despensa? ¡Por favor! Y los organizadores de la manifestación “Cacerolazo por el gasolinazo”, que no salgan con la excusa de que ni cuenta se dieron de la asistencia de menores de edad y que ni enterados estaban de la imagen.

La fotografía de los pequeños acompaña el comunicado del diputado Jesús Romero López del PT, donde invita a todos los oaxaqueños a unirse al Amparo colectivo en contra del gasolinazo, pues “es necesario (prever) todas las vías legales en busca de resarcir los daños que provoca el incremento al precio del combustible.”
La vía legal es correcta. Pero el uso de niños, no; ni en marchas ni en imágenes. Incluso, la fotografía viene sin cubrir el rostro de los pequeños, cuando está prohibido exponerlos sin las prevenciones pertinentes.
Evidentemente, más allá de la imagen, lo cuestionable es el uso de niños en manifestaciones; los arriesgan físicamente y les enseñan a abrevar de la cultura de la protesta y quizá hasta de la desestabilización. Caray, en Oaxaca como en varias entidades del país, los niños ya hasta juegan a hacer barricadas, marchas y plantones.
Por supuesto que es necesario hacer uso del derecho a la libre manifestación, pero no con niños.
SECCIÓN 22 VA POR RELEVO
La Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación Sección 22 convocó a una Asamblea Estatal Mixta Permanente para llevarse a cabo el próximo sábado. La convocatoria no precisa el objetivo, pero según se sabe en el encuentro podrían definir el procedimiento del relevo de la dirección sindical.
O sea, para cambiar a Rubén Núñez Ginés, el dirigente a quien le tocó padecer el “golpe de timón” en materia educativa dado por el entonces Gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo.
Por cierto, el conflicto magisterial oaxaqueño del año pasado poco a poco se fue diluyendo. Y desde el encuentro de la Sección 22 con el gobernador Alejandro Ismael Murat Hinojosa, los profesores… más bien, los líderes han estado muy calladitos.
Claro, ni Dios lo quiera que vuelvan con sus escenarios de violencia. Quietos y calladitos se ven más bonitos. ¿Ya quedaría todo arreglado? ¿O algo traman? Aunque en corrillos políticos dicen que “ya traen acuerdos pozoleros y pelones”, lo cual quiere decir que los pleitos entre los grupos priistas entraron en receso o han terminado.
Extrañamente, hasta el momento la Coordinadora no ha dicho ni pío por el aumento al precio de los combustibles, considerando que de todo protestan. ¿O ya dijo algo y no nos dimos cuenta?
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