Michelle Obama se esforzó para contener el llanto durante su último discurso oficial como la primera dama de Estados Unidos, el cual tuvo un mensaje muy emotivo dirigido a los jóvenes.
“Ser su primera dama ha sido el más grande honor de mi vida”, dijo la Señora Obama a una audiencia de educadores en la Sala Este de La Casa Blanca. Su voz se quebró y sus ojos inundaron: “y espero haberlos hecho sentir orgullosos”.
En su discurso de 21 minutos hizo un llamado a la esperanza e inclusión como servidores contra las fuerzas del miedo y la división, en alusión al presidente electo Donald Trump, a quien no nombró.
“Para nuestra gloriosa diversidad -nuestros diversos colores y creencias- eso no amenaza nuestra manera de ser, eso nos hace quienes somos”, dijo Michelle.
“A los jóvenes: nunca permitan que nadie los haga sentir que no importan o que no tienen un lugar en nuestra historia, porque no es así, y tienen el derecho de ser exactamente quienes son”, agregó.
inf./The New York Times