Lenín Moreno consumó el parricidio político de Rafael Correa

Ecuador ha cerrado el paso a Rafael Correa. El referéndum del domingo suprimió la posibilidad de reelección indefinida, introducida en 2015 en la Constitución, lo que hubiera permitido al expresidente presentarse de nuevo. Pero la consulta de siete preguntas impulsada por Lenín Moreno no garantiza que su antecesor, antiguo aliado y ahora principal adversario desaparezca del panorama político. El mandatario ganó el pulso clave con una media del 64%, un dato que muestra que el expresidente aún mantiene un significativo apoyo -según nota de EL PAÍS-.

El principal objetivo de la votación consistía en limitar los mandatos de los gobernantes. No obstante, el trasfondo de esta contienda electoral tenía que ver también con el poder y el pleno control del Ejecutivo. Moreno, vicepresidente de Correa entre 2007 y 2013, fue elegido hace un año. Tras asumir el cargo, pidió autonomía para aplicar su estilo y tomar sus decisiones. La pretensión derivó en un choque con el padre de la “revolución ciudadana”. Este se había mudado a Bélgica, país de origen de su esposa, y había amenazado con volver para proteger su legado si ganaba la oposición. Se impuso su candidato, pero eso no impidió que regresara para tratar de seguir en primera línea.

La consulta —que planteaba también endurecer la lucha contra la corrupción y reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana, introducido en 2008 para regular la transparencia y el control social de la vida pública— era el terreno de una batalla en buena medida personal. El triunfo claro de las tesis de Moreno, no obstante, se debió también al voto de la oposición. El actual mandatario siempre estuvo en contra de la reelección indefinida de los cargos públicos. Cuando fue aprobada por la Asamblea Nacional a través de una enmienda a la Constitución de 2008, ya no era vicepresidente y se desempeñaba como enviado especial de la ONU sobre Discapacidad y Accesibilidad. Pero el referéndum, que le legitima y abre la vía a una etapa de consenso nacional con las demás fuerzas políticas, era sobre todo una forma de decirle a Correa que su tiempo se había acabado.

“No volverán ya los viejos políticos. Tienen la obligación de renovarse”, proclamó Moreno desde el palacio presidencial de Carondelet en Quito tras conocer los resultados el domingo. “Hoy ha triunfado la democracia de manera contundente con el sí. Hoy, todos nosotros manifestamos de manera clara y contundente, libre y democráticamente, sobre el futuro que queremos para nuestros hijos. La victoria del sí es la victoria del país”, consideró en Twitter. “Los políticos que ansiaban eternizarse no volverán nunca más”, agregó en clara alusión a su antiguo aliado, que en enero volvió a Ecuador para hacer campaña por el no.

Nueva plataforma

El expresidente y su entorno le acusaron de querer eliminarlos políticamente y de formular las preguntas de forma capciosa. Por primera vez, además, el impulsor del llamado socialismo del siglo XXI celebró una derrota. “¡Felicitaciones a todos nuestros militantes! Ningún movimiento por sí solo puede lograr el 36% alcanzado, en tan poco tiempo y en lucha tan desigual”, escribió en la misma red social a propósito de los datos de la pregunta relacionada con la reelección indefinida. “La lucha continúa”, añadió.

Aunque Correa no pueda aspirar a presentarse a unas presidenciales, tendría otras opciones para no perder el protagonismo. La consulta representaba una contienda de la que, al margen de su retórica sobre la salvación de la patria, dependía su supervivencia política a escala nacional. Le queda el ámbito local. Ahora podría dedicarse a su ciudad, Guayaquil, y cultivar una red de seguidores a través de su nueva plataforma, Movimiento Revolución Ciudadana, que fundó tras desvincularse de Alianza País.

Lo que es evidente es que Correa, quien ayer declaró ante la Fiscalía por presuntas irregularidades en la venta de petróleo a China y Tailandia durante su década en el poder, intentará ser un opositor destacado de Moreno. “Sepa América Latina, porque el pueblo ecuatoriano no lo sabe, que, en las preguntas de la consulta popular y referendo, la dos es retroactiva [eliminar la reelección indefinida], y la tres [reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana] es un golpe de Estado”, mantuvo.