Jamás el director Gustavo Loza había sufrido tantos ataques a su integridad moral, como los recibidos en los últimos días a causa de La otra familia, su más reciente filme. La razón: abordar la historia de una pareja gay, interpretada por Jorge Salinas y Luis Roberto Guzmán, que desea adoptar un niño.
“Me mandan correos o mensajes por Facebook cuestionándome la película, les digo a mis hijos que ni los lean, es gente retrógrada que lo está haciendo y no ha tenido el valor de decir ‘sí, soy yo’; todo lo hace desde el anonimato”, explicó Loza.
“Hay resistencia de cierto sector en la sociedad, pero donde hemos dado funciones, en universidades, los jóvenes la aceptan, ven normal el tema, pero entre más edad se tiene, hay más resistencia”, agregó.
La otra familia ya fue presentada en escuelas donde, contó el realizador Loza, ha sembrado la polémica.
Cuando se proyectó en el Tecnológico de Monterrey, por ejemplo, a la discusión posterior se sumó un representante de la comunidad lésbico-gay.
Pero al también director de Al otro lado y Paradas continuas, le queda claro que no desea enarbolar ninguna causa sexista.
“No apoyamos ningún movimiento, somos respetuosos, pero tampoco estoy a favor o en contra. Si alguien la toma como bandera, no está en mí, sino que depende de la gente. Mi objetivo es que podamos redifinir el concepto de familias, porque familias hay muchas”, puntualizó.
Cuestionan a actores
La otra familia llegará a las salas mexicanas el viernes con clasificación B-15, lo que permite que la vean mayores de 15 años.
Pero ya levantó cierta ámpula en algunos medios de comunicación que han aprovechado la temática del filme para cuestionar a sus protagonistas, Salinas (Sexo, pudor y lágrimas) y Guzmán (El pantera). Al primero le han preguntado si la historia del filme cambió su visión sobre la paternidad, tomando en cuenta que lo acusan de no atender a sus hijos.
Y en plena conferencia de prensa, Salinas dijo de corrido: “Soy un padre al que no le permiten ver a sus hijos, porque la autoridad, la ley, protege a la mujer.
“En muchas esferas se mencionan al prototipo de familia, de papá-mamá-hijos o de mamá-hijos, pero ¿dónde queda el papá soltero, viudo o divorciado y que además es proveedor de la familia?”
Con Guzmán la pregunta cuestionaba su masculinidad, tratando de excarvar en su intimidad. “De eso no tengo nada que decir, yo sólo hablo de mi trabajo”, dijo.
La fuerza del guión
La actriz Ana Serradilla, que también actúa en la película, respaldó a Luis Roberto Guzmán por no hablar de su vida personal. “¿Por qué hacen ese tipo de preguntas? Creo que a nadie le interesa”, subrayó.
Ambos actores aceptaron estar en el proyecto de la película por la necesidad de contar una buena historia cuya realidad ocurre no sólo en México sino también en diferentes partes del mundo.
Después de todo, la pareja gay intenta adoptar al niño, una vez que se muestra que su mamá es una drogadicta incapaz de hacerse cargo de él.
“Cuando leí en el guión esa escena en la que el niño está solo, esperando en las escaleras y preguntando por el paradero de su madre, fue un shock para mí, tenía que estar ahí”, recordó Jorge Salinas.
Y Luis Roberto Guzmán respaldó su dicho: “El guión estaba realmente interesante, así que desde un principio pensé que no podía decir que no”.
Agencia El Universal