Las primeras estrellas giraban más rápido que las actuales

Las primeras estrellas que se formaron poco después del Big Bang eran enormes y además giraban rápidamente, según un nuevo estudio de la evolución de las estrellas publicado en la revista científica Nature.

El estudio realizado por científicos del Instituto de Astrofísica de Potsdam (Alemania), arroja luz sobre la naturaleza de las primeras formaciones estelares en el universo, en el interior de las cuales se crearon por primera vez elementos más pesados que el helio.

Esos elementos formados en las primeras estrellas se incorporaron más tarde a otras menos masivas y han sobrevivido hasta el presente como parte de la materia del cosmos.

Los investigadores basan sus conclusiones en observaciones del cúmulo globular NGC 6522, el más antiguo de la Vía Láctea, que probablemente fue testigo de las fases más tempranas del enriquecimiento químico del universo.

Un cúmulo globular es un tipo de agrupación estelar formado por cientos de miles de estrellas ligadas entre ellas por la gravedad y con una distribución esférica.

Hasta ahora, los estudios sobre la diversidad de elementos en las estrellas de NGC 6522 han aportado evidencias contradictorias sobre la naturaleza de sus predecesoras.

El equipo de la investigadora Cristina Chiappini revisó los análisis espectrales del cúmulo globular existentes y halló patrones de elementos en superficie asociados con estrellas extremadamente pobres en metales.

Esos patrones indican que las estrellas de NGC 6522 podrían haberse formado a partir de gas enriquecido por una temprana generación de estrellas masivas de rápida rotación, lo que, según los científicos, apunta a que esas fueron las primeras estrellas del universo.

¿De dónde venimos?

Según la teoría vigente, el universo nació hace unos 13 mil 700 millones de años con una explosión primigenia llamada Big Bang. Durante los 200 millones de años siguientes, el universo se enfrió, quedó oscuro y sin estrellas.

Las primeras estrellas formadas durante la infancia del universo eran distintas de nuestro Sol, compuesto principalmente de hidrógeno pero que también contiene oxígeno y carbono. Las primeras estrellas estaban compuestas principalmente de hidrógeno y helio y su vida era breve.

Al morir, explotaron como supernovas brillantes y sembraron el universo de los elementos básicos de constitución de las futuras estrellas, entre ellas el Sol.

Si es verdad que las primeras estrellas eran máquinas giratorias, es probable que algunas murieran en estallidos de rayos gama, lo cual facilitaría la tarea de detectarlas.

Para los telescopios como el satélite Swift de la NASA es mucho más fácil detectar estallidos de rayos gama que supernovas.

Esto »acrecienta la posibilidad de observar directamente la muerte de grandes estrellas durante ese período», dijo Jason Tumlinson, del Instituto Científico del Telescopio Espacial en Maryland, quien no participó del estudio.

Agencia El Universal