LONDRES. — El Reino Unido se despertó ayer con la resaca patriótica y festiva que dejó la boda el viernes del príncipe William y Catherine, los nuevos duques de Cambridge, quienes pasaron su noche de bodas en el palacio de Buckingham.
A primera hora del sábado se empezaban a filtrar en los medios las primeras impresiones y chismes sobre la recepción del viernes por la noche, en la que pronunciaron sus tradicionales discursos el padrino y hermano del novio, el príncipe Harry, y Michael Middleton, padre de la novia, los cuales fueron muy graciosos, según algunos reportes.
La policía metropolitana de Londres informó el viernes de que un millón de personas siguieron en la calle el enlace real. Las cadenas británicas de televisión BBC y ITV informaron que la audiencia televisiva, solamente en el Reino Unido, fue de 24 millones, mientras que el público que la siguió en todo el mundo ha sido estimado en 2 mil millones de personas.
Clarence House, la residencia del príncipe Carlos, difundió ya las primeras fotografías oficiales de la boda, entre las que destacan un retrato de cuerpo entero de la pareja, otra junto a los siete pajes y la instantánea con las dos familias al completo.
El objetivo de los recién casados es disfrutar a partir de ahora de un poco más de privacidad, razón por la cual el destino de su luna de miel sigue siendo un secreto, según aseguran los medios locales, William ni siquiera le dijo a Kate a dónde viajarán.
Agencia El Universal