
Cameron Diaz, tan conocida por sus papeles cómicos como por ser una de las actrices mejor pagadas, está convencida de que a todos nos gustaría poder hablar «sin censura, sin conciencia y sin temor a las repercusiones» ; por eso, le encanta haber interpretado a la irreverente profesora de «Bad teacher» .
Diaz, que se encuentra en Londres rodando «Gambit» , una comedia musical con guión de los hermanos Cohen, hizo una parada en Madrid para hablar de Elizabeth Halsey, una profesora a la que le importa bastante poco la enseñanza, no le gustan los niños, fuma porros y bebe en clase, entre otras lindezas.
«A todo el mundo le gustaría poder decir en algún momento lo que le apetezca sin que tenga repercusión, ser capaces de hacer y decir lo que queramos, sin censura, sin conciencia, sin repercusiones, pero esto no es realista -aseguró Diaz en una entrevista, la mayoría debe seguir pautas socialmente aceptadas, y en general está bien, porque si todos lo hiciéramos, diríamos cosas horribles» .
Y al parecer, la única que puede permitirse ese lujo es la protagonista de «Bad teacher» . «Por eso me enganchó» , explicó Diaz.
«Bad teacher» habla de una profesora cuyo verdadero trabajo es buscar un rico que la mantenga, de hecho, dice la actriz, «ella va al cole a dormir, a echar siestecitas que le compensen las noches que pasa de bar en bar buscando un buen partido».
La protagonista de «There’s Something About Mary» (1998) , dirigida por los hermanos Farrelly, encuentra similitudes evidentes entre aquella y ésta.
«Las dos buscan noquear al espectador y son igual de irreverentes, con catorce años de distancia. Pero son los que han hecho falta para encontrar otro guión tan completo» , afirmó.
Su personaje hace barbaridades para pagarse un aumento de pecho, convencida de que una talla más le dará un marido más rico, pero a Cameron le horroriza la obsesión por conservar una eterna juventud: «no quiero verme en esa situación».
Aparte de sus expresivos ojos azules y de su enorme sonrisa, impactan su delgadez y el juvenil aspecto que luce, primero con unos shorts y después con pitillos blancos, que no desvelan en absoluto sus casi 40 años, pero también el gracejo con el que rechaza los piropos: «todo esto son horas de maquillaje» , asegura.
Su ex, Justin Timberlake, es Scott en la película, un profesor-niño rico con el que tiene una escena de sexo que ella misma reconoce que es grotesca, «pero es que eso era lo que queríamos, buscábamos la risa del público; es una escena ridícula, ni siquiera se besan, es que no hay nada de química entre ellos».
El filme, que aún no se ha estrenado en EU -Cameron cruza los dedos- saldrá «para mayores de 18» , pero no deja de ser más que una comedia «gamberra» : «Es tan ridícula -dice entre risas-. Es una burla, sólo queremos hacer reír, no intentamos solucionar problemas ni dar consejos, pero tampoco escandalizar» .
Agencia El Universal